El Gran Debate lo ganó Ivonne Solla y en segundo lugar, Luis Guardiola. Con todo y los “bloopers” que tuvieron al brincar involuntariamente en dos ocasiones a algunos candidatos (algo entendible con tanta gente allí), la realidad es que la manera en que ambos periodistas moderaron el intercambio entre el sexteto de candidatos políticos anoche, con respeto y sin aspavientos, sin lucirse ni creerse que ellos eran las estrellas como pasó en los anteriores debates con otros reporteros, fue lo mejor de la noche.
Eso y algunos comentarios como el “el problema es que puso turbinas en los tomates”, de Rogelio Figueroa cuando criticó al Gobernador Luis Fortuño al poner molinos de vientos en tierras agrícolas de Santa Isabel; las expresiones de Rafael Bernabe sobre las relaciones entre personas del mismo género: “Todas las formas de afecto deben tener el mismo derecho”, y las críticas de Arturo Hernández a la falta de limpieza en Ceiba, Vieques y Culebra; fueron para mí lo más interesante.
De grande lo único que ví fue tener a tantos candidatos a la vez y una escenografía amplia para poder meter a mucha gente. Por lo demás, el llamado “Gran Debate”, el último entre los seis candidatos a la gobernación para las elecciones que vienen en menos de dos semanas y que se transmitió por Telemundoen alianza a Radio Isla y El Nuevo Día, fue más de lo mismo. Algunos “highligts” pero casi todo aburrido.
Repeticiones constantes de los mismos temas y slogans de campaña, ataques entre los candidatos Luis Fortuño y Alejandro García Padilla así como sus casi idéntica proyección en términos de que hablaron en un estilo de sonsonete sin darle matices a la voz; críticas de los cuatro partidos de minoría a los dos grandes, ausencia de profundidad en la mayoría de los temas y el abre-y-cierra de chaqueta cada vez que uno de los candidatos se sentaba o se paraba de su taburete, fue lo más que abundó en el encuentro.
Los temas principales del debate fueron el estatus, la creación de empleos, el manejo del fisco estatal, la criminalidad matizada desde el aspecto del rol de los federales para combatir el narcotráfico, y el ambiente.
Proyección e imagen
Todos los candidatos lucieron elegantes. Los más sobrios y elegantes fueron el Gobernador Luis Fortuño, en su tradicional traje azul marino, y Juan Dalmau con traje oscuro y corbata crema. García Padilla y Figueroa también optaron por trajes oscuros. Los únicos distintos fueron Arturo Hernández del Movimiento Unión Soberanista quien optó por un traje gris, en lugar de los tradicionales negro o, azul marino y Rafael Bernabe optó por uno violeta oscuro y fue el único que tuvo una corbata a rayas diagonales amplias. En ocasiones lució como que la chaqueta le quedaba corta de mangas.
La proyección de los candidatos fue más o menos la misma de siempre, aunque Figueroa del Partido Puertorriqueños por Puerto Rico estuvo bien agresivo al punto en que en las redes sociales se comentaba si había tomado algo; y tanto Fortuño como García Padilla, estando uno al lado del otro, se la pasaron gesticulando, sonriendo o moviendo la cabeza en la negativa cada vez que el otro hablaba. Juan Dalmau del Partido Independentista Puertorriqueño, lució demasiado repetitivo, volviendo al mismo estilo que han mantenido los líderes de su colectividad desde los años 70. La repetición constante de García Padilla sobre el tema del crimen y la de Figueroa sobre el tema de Ceiba, me hastiaron.
Bernabe y Hernández fueron los dos mejores, sin lugar a dudas. Ambos presentaron sus puntos con convicción, fuerza y en ocasiones con indignación, sin que eso hiciera perder el mensaje.
El candidato del Movimiento Unión Soberanista fue el que tuvo la mejor proyección escénica, presentando una dicción impecable, elegancia, movimiento de manos y cambios en la entonación al exponer, lo que demostró su experiencia como abogado litigante. De hecho, si a Hernández lo hubieran puesto como el candidato del MUS desde el principio, otra sería la historia de esa colectividad. Excelente manejo de la proyección, especialmente con la elegancia que tuvo al decirle al periodista Guardiola “somos humanos, cometemos errores”, cuando éste lo brincó en uno de los turnos.
Bernabe por su parte, fue el único contundente en todos y cada uno de los turnos que tuvo. Dicción impecable y la entonación magistral, lo que demostró su experiencia como profesor y líder sindical. Sabía qué decir, en qué tono y habló con sencillez. Lució convincente, además que fue el único de los seis que contestó todas las preguntas que le formularon. Ciertamente demostró que llegó para convertirse en una fuerza política permanente y nueva, o como él mismo llamó “la nueva oposición”.
Dalmau perdió una oportunidad anoche. Pensé que luciría mejor porque al llegar a la estación, demostró seriedad y formalidad ante el intento de relajo – bastante fuera de lugar - que le hizo la reportera de Telemundo que lo recibió al bajarse del carro, pero a lo largo de la noche fue repetitivo, usó un mismo tono de voz y lució aburrido. Hubo incluso una ocasión en la que se vio arrogante al subir una ceja y hacer un comentario sobre lo que no saben leer.
Figueroa perdió casi todos los turnos. Su agresividad hizo que su mensaje se perdiera. El único turno en que proyectó bien fue cuando habló de su experiencia personal y vivencias como hombre negro, de barriada que se superó y logró estudiar. Uno de sus peores turnos fue cuando perdió el control al hablar del caso de Ceiba y las comunidades porque el mensaje en vez de ser contundente como pudo haber sido, provocó rechazo en la forma en que lo hizo.
García Padilla le dio varios “jabs” a Fortuño a lo largo de la noche, que entiendo, fueron sus mejores momentos. Entre estos “jabs” cuando dijo que el tema del status se ha usado por Fortuño para desviar la atención de su fracaso como gobernador, su relación con Mitt Romney y su promesa de privatizar el seguro social, temas que el Gobernador no respondió. García Padilla se vio más convincente atacando a Fortuño que lo que Fortuño lució atacándolo a él. Debo decir que anoche lució mejor que en los foros-debates anteriores. Se mantuvo en su mensaje y repitió varias frases que imagino serán los lemas en lo que queda de campaña. Sin embargo, perdió una buena oportunidad para explicar el tema de su inexperiencia. Además el repetir tanto el tema del crimen y de que estamos peor ahora que hace cuatro años, sencillamente fue repugnante. Esto lo hizo lucir extremadamente aburrido.
Al Gobernador Fortuño le dieron duro. Fue el más criticado de la noche pero él ni se inmutó. En eso de mantenerse frío y casi inexpresivo ante los ataques fue sencillamente, magistral. También presentó un excelente manejo del lenguaje corporal, los movimientos de manos y de cabeza. También fue excelente al repetir logros de su gobierno en términos de reforma contributiva, nuevas carreteras y las escuelas del siglo 21. Sin embargo, critico el que no haya contestado las preguntas en casi ninguno de sus turnos. No explicó los temas del gasto de millones en el gasoducto, los contratos a sus amigos, de los despidos de empleados públicos ni el uso del controvertible ex juez Laffitte en el tema de la huelga de la Utier. No fueron creíbles sus comentarios de que el crimen está bajando y realmente lució aburrido.
Conclusión
Mientras más escucho a Bernabe, a Hernández y a Figueroa, más me convenzo de que se tiene que dar una alianza MUS-PPT-PPR. En esencia decían lo mismo. Si estuvieran juntos como una sola colectividad, podrían atraer votantes del PNP y del PPD, y definitivamente, del PIP que sería el más amenazado. Esta alianza sí sería una verdadera opción política que rompería el bipartidismo PPD-PNP. Creo que esto no se da porque en esencia, los egos predominan y esa es la historia usual en todos los partidos políticos.
Creo que el debate lo ganó Arturo Hernández del MUS, seguido en casi un empate por Bernabe del PPT. En tercer lugar ubico a García Padilla del PPD. En cuarto lugar, pero casi en empate con el tercero, coloco a Fortuño del PNP. Quinto, Dalmau del PIP y el perdedor, Figueroa, del PPR.
La suerte está echada. Habrá que ver si el debate de anoche logra mover a los indecisos, a los llamados "realengos" y los "tapaítos" a que voten por Fortuño o por García Padilla. Quizás se atrevan y voten por los partidos nuevos. Eso sí que sería una noticia, pero sé que no lo harán. El gran debate del elector puertorriqueño será decidir si se quedan con la tradición o se atreven a algo nuevo.
NOTA: Foto de El Nuevo Día.