“La mayoría de los políticos evitaban tocar el tema, pero hoy poco a poco se atreven a hablar en la materia sustantiva que es la igualdad de derechos”
El lunes Pedro Rosselló salió del ‘clóset’. En sus explosivas declaraciones ante la prensa y ante las caras de sorpresa o que parecían decir “trágame tierra” de algunos de sus correligionarios, el exgobernador cambió de su postura tradicional y dijo que favorece los matrimonios entre personas del mismo sexo.
No solo son controversiales por lo que dijo en sí y por la oposición que han manifestado grupos religiosos y moralistas, sino porque le puso el cascabel al gato. Si Rosselló que fue tan conservador para tantos asuntos ahora dice esto, ¿qué tendrán que decir los demás? ¿Qué va a decir y hacer el gobernador Alejandro García Padilla y otros políticos ahora? ¿Darán el paso y aceptarán que esto es un movimiento irreversible que hasta incluso el presidente Barack Obama tuvo que aceptar? ¿Cuántos de los políticos locales saldrán del ‘clóset’ y dirán abiertamente que son homosexuales, lesbianas o bisexuales?
La relación entre los políticos boricuas y el tema gay siempre se oculta en los armarios hasta el momento en que salen fotos reveladoras o alguien amenaza con dar a conocer las intimidades. Pero el ‘political correctness establishment’ en Puerto Rico ha ido variando y aunque hasta tan cerca como las pasadas elecciones la mayoría de los políticos evitaban tocar el tema, hoy poco a poco se atreven a hablar en la materia sustantiva que es la igualdad de derechos.
Hace unos años García Padilla participó en eventos de la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT) pero durante la campaña, hizo igual que el exgobernador Luis Fortuño y ambos expresaron que el matrimonio es entre personas del mimos sexo. El único candidato que primero habló a favor de los matrimonios gays fue el primer candidato a la gobernación del Movimiento Unión Soberanista, Enrique Vázquez Quintana; y posteriormente, el del Partido del Pueblo Trabajador, Rafael Bernabe. En el medio se ubicó entonces el candidato del PIP, Juan Dalmau. Esas expresiones de los entonces candidatos en plena contienda electoral se dieron en el momento en que el presidente Obama declaró en una entrevista a la prensa que había ido cambiado su posición a favor de los matrimonios gays.
Obama fue evolucionando su posición hasta que en el discurso inaugural para su segundo término hace unas semanas, dijo que no habrá igualdad hasta que no se permita en matrimonio gay. Algo parecido ha pasado con la transformación de Rosselló quien siendo gobernador, nunca dio paso a leyes que le daban protecciones a la comunidad gay; pero ahora es otro.
“Creo que debemos reconocer los derechos de las personas independiente de cuál sea su orientación sexual y por lo tanto, creo que se debe tratar a todo el mundo igual”, dijo el exmandatario. Sin entrar en la controversia de si ser LGBTT es por nacimiento o por elección personal, hay que aplaudir que abiertamente el exgobernador rechazó el discrimen: “Eso es una elección, igual que usted elige cuál es su religión, su culto, eso es su elección y por lo tanto, creo que en el mismo nivel debe estar la orientación sexual que cada persona escoja”, puntualizó Rosselló. “No debe ser motivo de discrimen”.
Pero Rosselló habla en momentos en que siguen saliendo voces de oposición. Uno de estos fue precisamente el hijo del exgobernador, mi amigo Ricky Rosselló, quien dijo que “la institución del matrimonio… debe ser entre un hombre y una mujer”.
Lo cierto es que las expresiones del exgobernador fueron y serán liberadoras para muchos. Esto, unido a acciones concretas para dar garantías de derechos –como por ejemplo, lo que hizo la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, al conceder beneficios a las parejas de hecho en la capital, entre otras gestiones de legisladores del Partido Popular– son evidencia de que se abrió la puerta y que muchos políticos ya no temen perder votos ni ser atacados por los grupos religiosos o los que son fundamentalistas.
El verdadero reto ahora consiste en ver hasta dónde llega la libertad y el respeto al derecho ajeno. Y en ese sentido, es imprescindible que la comunidad LGBTT y su liderato respeten a los que se oponen a ellos. Que no intenten imponer sus posiciones sin educar, por que caen precisamente en el mismo error que le critican a los fundamentalistas que es el de hablar, hablar y gritar, sin escuchar.
Si el liderato LGBTT exige respeto, que lo demuestren en sus expresiones públicas porque hay que reconocer que a pesar del avance y el cambio de posturas de líderes como Obama en Estados Unidos o como Rosselló en Puerto Rico, en el País todavía hay una sociedad conservadora. La tradición religiosa, el insularismo y el discrimen son aspectos que la sociedad puertorriqueña no ha superado. Falta mucha educación en este proceso y el liderato LBGTT, además de los heterosexuales que buscan la igualdad de todos, debe reconocerlo y propiciar esa discusión, con respeto y altura.
De igual modo, los religiosos y conservadores tienen el reto de demostrar la caridad al prójimo y el respeto, aún cuando se trate del tema gay que va en contra de sus principios religiosos. Valla ejemplo de lo que es compasión y amor el que dan ciertos líderes religiosos cuando propician insultos y vejámenes a otros seres humanos que sólo tienen una orientación sexual diferente.
Creo firmemente que la verdadera libertad se dará con respeto a las diferencias y buscando puntos de consenso. Ya Obama dio el primer paso. Ya Rosselló en el PNP lo ha dado y muchos otros como Yulín en el PPD lo están haciendo. Falta ahora que el verdadero liderato LGBTT y religioso, especialmente los muchos líderes a los que la prensa ignora o no entrevista en ambos lados, salgan y den un ejemplo de lo que es civismo. Así se educa al País y se rompen las verdaderas barreras del discrimen.
(Columna publicada en El Vocero - el 30 de enero de 2013 - http://www.vocero.com/rossello-los-gays-y-la-libertad/ )