Esto se trata de una relación contractual en el ámbito laboral. Una mujer que trabaja como entrenadora personal presentó una declaración jurada, fotografías y dice tener más evidencia que corroboran que el candidato a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista, Pedro Pierluisi, la sometió a un patrón de hostigamiento sexual, abuso psicológico y emocional.
Cuando la mujer se negó a los avances sexuales y a tener una relación íntima con Pierluisi, comenzó un patrón de menosprecio y fue víctima de persecución laboral, e intimidación en el empleo. Los hechos que se alegan en el documento en posesión de En Blanco y Negro con Sandra se remontan a octubre de 2019, cuando la entrenadora personal Yolanda Sánchez Pagán, residente de Carolina, fue contratada formalmente para ejercer como la “personal trainer” del hoy candidato a la gobernación.
Sánchez Pagán trabajó desde octubre de 2019 hasta octubre de este año cuando, cansada del hostigamiento, decidió denunciarlo públicamente. En su declaración jurada dice que además de fotografías, tiene mensajes de texto, vídeos, audios y a dos testigos a los que les contaba el patrón de hostigamiento y todo lo que estaba viviendo.
La escandalosa declaración jurada de Sánchez Pagán surge en momentos en que los derechos y el respeto a la mujer cobran vigencia ante la opinión pública. Por los pasados tres años grupos de organizaciones feministas llevan un reclamo público para que se decrete un estado de emergencia ante el aumento en los feminicidios, la violencia y el discrimen contra la mujer.
El gobierno no ha declarado la emergencia, pero hace exactamente una semana, Pierlusi prometió hacerlo de convertirse en gobernador. “Vamos a declarar un estado de emergencia por violencia de género para asegurar que se destinen todos los recursos necesarios para combatir este mal, incluyendo un sistema de contacto diario a toda víctima de violencia con una orden de protección”, dijo el candidato.
Ella fue contratada estrictamente en su función de entrenarlo físicamente, porque él insistía en estar en forma, verse bien y velar su imagen para la campaña, ya que, según él, se convertiría en el próximo gobernador de Puerto Rico.
Sáchez Pagán juramentó que en abril de 2019 conoció al licenciado Roberto Cacho, amigo de Pierulisi, en el Hard Rock Café del Condado. Allí se reunieron para establecer el contrato de su servicio de entrenamiento personal con él, su esposa Ileana Cambó y la hija del matrimonio en su residencia. Cacho es recordado públicamente porque fue socio del empresario canadiense Adan Anhang Uster, quien fue mandado a matar por su esposa Áurea Vázquez Rijos, hoy convicta y conocida como La Viuda Negra.
Alega que un día Pierluisi fue a la casa de Cacho, y cuando la vio, la saludó ya que la recordaba porque anteriormente ella laboró en el gimnasio Liv, a donde él solía frecuentar. Cacho empezó a insistir a que entrenara a Pierulisi porque sería “el próximo gobernador”.
Luego de varias semanas, llegaron a un acuerdo en el que ella trabajaría con Pierluisi en dos sesiones por semana, a $45 la hora, y que como él no podía pagar más, le daría otros beneficios colaterales. Estos incluían que le referiría clientes, que cuando él llegara a La Fortaleza ella sería su entrenadora personal, y que le daría menciones en los medios de comunicación una vez se dieran los resultados de su cambio físico. Lo entrenó en el gimnasio de Metro Plaza en Santurce, en el Parque Central de San Juan, en la playa de Isla Verde El Alambique en Carolina, y en la casa de Cacho en Miramar.
En marzo de 2020 cuando comenzó el cierre por la pandemia del Covid-19 cambiaron el lugar de entrenamiento a la casa de Cacho, a razón de 3 veces por semana, ya que Pierluisi alegó que no quería exponerse en lugares públicos. Ahí fue que se intensificó el patrón de hostigamiento, y el daño psicológico y emocional.
Sánchez Pagán alega que tanto Pierluisi como Cacho empezaron a acosarla sexualmente, a explotarla laboralmente y le cambiaban los acuerdos laborales. Ambos querían que ella tuviera una relación íntima con Pierluisi, pero ella se negó. Al no tener empleo, porque los gimnasios estaban cerrados, ella se mantuvo entrenándolos, pero se negó a tener sexo. El ambiente laboral fue tan hostil que ella no podía dormir y bajo de peso por el estrés.
Los avances sexuales seguían aumentando y como ella lo rechazó, Pierluisi comenzó a tomar represalias. “Comenzó a pagarme tarde, me dijo en tono de soberbia durante dos entrenamientos, tú me has rechazado a mí no sé cuántas veces. Deja ver… una, dos, tres, perdí la cuenta”, sostuvo.
La necesidad de trabajo la obligaba a seguir hasta que no pudo más. Se sentía tan acorralada, que decidió hablar. Fue ahí cuando alegó que se comunicó por Instagram con el presentador de televisión Héctor Marcano, a quien le denunció los hechos porque entendía que él la podía ayudar y que él le prometió confidencialidad.
La declaración jurada lo que refleja es un proceso de violencia contra la dignidad de Sánchez Pérez. Refleja además la explotación laboral de una mujer que necesita el empleo y quiere trabajar dignamente. Cuando ella no accede, opta por el maltrato, la degradación y el control sobre la psiquis de ella.
“Lo que he relatado es solo una ínfima parte de lo que viví. Intenté, de buena fe, buscar una solución y lo que recibí a cambio fue la burla de todos aquellos a quienes pedí ayuda. He sufrido, he dejado de dormir y de comer por esta situación. Soy una mujer trabajadora que, aunque humilde, mi único deseo es echar para adelante, sin tener que acostarme con ninguno de ellos. Aguanté hasta hoy, pero no puedo más y lo hago pensando en mi hija de 23 años que está en Estados Unidos y mi nieto, ya que quería regresarlos porque se fueron después del huracán María”, manifestó.