El chat valida el chayoteo

El famoso chat del #TelegramGate validó el chayoteo en su máxima expresión. Corroboró que existe esa práctica de cómo se entremezcla el poder político con lo que difunden y publican ciertas empresas mediáticas para manipular, engañar al pueblo y mantener las narrativas que beneficien al gobierno. Esto se hace a cambio de favores, dinero o pautas publicitarias.

A lo largo de sus 889 páginas del chat se vio cómo desde el gobierno dictaban qué cosa se convierte en noticia, qué pregunta los periodistas van a formular en ruedas de prensa, cómo van a atacar a la oposición y hasta cuáles van a ser las portadas en ciertos periódicos.

Si la prensa y el medio aceptaron venderse y hacer chayoteo, eso está por verse. Como también es innegable que las reputaciones de algunos periodistas siempre permanecerán intachables a pesar de lo que los funcionarios digan, pero es innegable que algo endémico en el ecosistema de los medios ocurría. Ese es el gran problema. Muy pocos nos hemos atrevido a denunciarlo, con los riesgos que esto conlleva, pero había y siempre hay que hacerlo. El público merece saber la verdad. Solo así puede llegar a sus propias conclusiones.

Hay cinco instancias principales del chat en las que se vio como el gobierno dictó o pretendió determinar qué sería lo que iban a comunicar medios como El Vocero, El Nuevo Día, Foro Noticioso Univisión. Incluso señalan a veteranos periodistas como Rubén Sánchez y Celia Hernández.

El caso más evidente de este esquema de propaganda y manipulación del gobierno se vio en la página 171 del chat, raíz de la renuncia de Ramón Rosario al cargo de secretario de Asuntos Públicos. Fue el cabildero Elías Sánchez Sifonte quien dictó cuál sería la foto de portada que iba a publicar el rotativo y esto se negoció con el presidente del rotativo, Salvador Hasbún. Dijo Sánchez Sifonte: "La negoció súper bien, hasta Photoshop a to'jender". "Sí, está retocada. Salvador me la envió ayer a ver qué podíamos hacer. No quería que le cancelaran las pautas por el resto del año", dijo el publicista Edwin Miranda. Entonces el asesor de imagen Carlos Bermúdez respondió: "Buen trabajo".

Hay varias instancias en las que se burlan del periodista Benjamín Torres Gotay con epítetos y palabras soeces. En las páginas 84-85 del chat también se ve un intercambio entre Rosario y Bermúdez en las que buscan que se publique entrevista a fondo del Gobernador, que finalmente salió en el diario Primera Hora, de la misma empresa matriz, GFR Media.

En la página 348 del chat, Bermúdez califica de "mala leche" un titular de la sección de negocios de El Nuevo Día sobre la reapertura del hotel St. Regis. Después da a entender que el diario "tuvo que cambiar" el titular porque el editor Rafael Lama había recibido una estadía en ese hotel. "Casualmente fue al St. Regis".

En la página 129 Bermúdez dice: "Ferdinand Pérez contrató a la dama popular Yanira Hernández para…, y me pidió una reunión que no le di para supuestamente hablar de un programa de fin de año.. hay que tocar base con Bauzá y Maxi. Bauzá se cae de nalgas diciendo que ese contenido no está controlado por Ferdinand sino por ellos (Univisión y Maxi) y que no hay agenda. Ujum". Edwin Miranda entonces pregunta "El programa es de Ferdinand. Ellos si pueden intervenir. Lo han hecho".

Bermúdez se refiere al programa Jugando Pelota Dura que presenta el exlegislador y cabildero Ferdinand Pérez. Yanira Hernández es una profesional con una larga carrera como periodista en medios locales e internacionales, y fue secretaria de prensa en La Fortaleza bajo el gobierno de Alejandro García Padilla. Jaime Bauzá es uno de los altos ejecutivos de Univisión, bien conocido en la industria mediática. Su exesposa era la directora de medios para la campaña de Rosselló y colaboraba con la agencia de publicidad KOI. Maximiliano Paglia o "Maxi" es un productor de televisión y empresario argentino radicado hace más de 20 años en Puerto Rico. Sus vínculos y amistad con Bermúdez son conocidas.

En otra parte del extenso chat aparece un intercambio del 3 de diciembre de 2018 entre el exasesor legal Alfonso Orona y el secretario de la Gobernación, Ricardo Llerandi, en el que indican que le dictarán al periodista radial Rubén Sánchez la línea de preguntas a seguir en una entrevista que este tendría con el presidente del opositor Partido Popular Democrático, Aníbal José Torres. "Le pasé nota ahora a Rubén (Sánchez) y le pregunto. Jossie cree que la información la dio Jay Rosario", dijo Llerandi.

En la página 46 el cabildero Sánchez Sifonte pide que se busque a un periodista y se le ordene que increpe a los líderes del PPD sobre una actividad de recaudación de fondos. Planifican y entonces Bermúdez dice que contactó a la periodista Celia Hernández de la agencia de noticias Foro Noticioso. "Por ahí viene la pregunta de Celia", dijo Ramón Rosario, refiriéndose a una pregunta que le enviaron a la periodista.

Si eso es lo que dice el chat, la pregunta es cuánto chayoteo realmente existe. ¿Cuántos de estos y otros medios se han prestado para actos similares en otras situaciones? Después se preguntan por qué las audiencias le bajan y la gente no consume sus medios. La gente se da cuenta.

Hay que considerar que en el caso de los medios electrónicos, hay leyes federales que prohíben la payola y otros tipos de prácticas. Pero es innegable que ocurren. No hay manera de que esto se pueda excusar o tapar. No se puede decir que hay crisis económica y el medio necesita pauta, o que los periodistas son jóvenes para justificar cuando se hace un mal trabajo. El rol de la prensa es denunciar lo que no está bien, no es hacerle el juego al político de turno.

El chayoteo en sí es un acto de corrupción. Viola la ética y los postulados de libertad de prensa. Mina la confianza en la prensa y afecta a la inmensa mayoría de los periodistas que hacen un trabajo honesto. El que se presta para recibir chayote, es tan corrupto como el político al que denuncian.