"En Puerto Rico hay 898,030 hogares de los cuales un 32% son hogares encabezados por una mujer jefa sin esposo presente”
Mientras la inmensa mayoría de los puertorriqueños estará esta semana comprando a última hora el estuche de perfume, maquillaje o cualquier otro regalo tradicional para el Día de las Madres que se celebrará el domingo, yo llevo días pensando en ellas y sus hijos. En los hijos sin padres.
Sobre los hombros de esas madres se levantan generaciones de hijos sin la figura paterna. Esta ausencia tiene un impacto en la sociedad, en cómo se enfrenta y se ve el mundo, según dicen los expertos en el tema, aunque pocas veces se analiza con profundidad en los medios noticiosos.
La idea de este tema me llegó la semana pasada al ver ‘Fatherless America’, un programa en Internet de la presentadora y periodista Oprah Winfrey, en la que se analiza el efecto que tiene en la Nación americana lo que ella describe como una “epidemia de hijos sin padres”.
En Puerto Rico hay 898,030 hogares de los cuales un 32% son hogares encabezados por una mujer jefa sin esposo presente. El 63% de los abuelos que tiene a su cargo la crianza de sus nietos son mujeres, y lo que es peor, el 60.7% de las familias con mujeres solas está bajo el nivel de pobreza, según las cifras de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres.
Las consecuencias de la ausencia del padre o de la figura paterna son múltiples y se manifiestan desde la autoestima e inseguridad de los niños, hasta el posible aumento en la violencia en la adultez, según se revela en la serie de Winfrey. Un estudio hecho por la Universidad de Pensilvania reveló que los varones que viven sin padres son dos veces más propensos a caer en la cárcel que los que vienen de familias tradicionales.
Otras estadísticas recopiladas por organizaciones psicológicas y por el Gobierno federal revelan que el 63% de los suicidios ocurre en hogares sin padre; que el 71% de los desertores escolares se cría sin la figura paterna y que un 85% de los estudiantes sin padre presenta desórdenes en su comportamiento.
Si bien es cierto que hay que tener cuidado con las generalizaciones, y que no todos los padres son ausentes aunque estén divorciados o separados de las madres de sus hijos, el tener a toda una generación o varias generaciones sin la presencia paterna, cambia la percepción de estos hijos. La vida a veces suele ser más dura o cuando menos, mucho más complicada para estos menores.
Por eso es que hoy elevo una alabanza hacia esas madres valientes que dejan todo atrás y cargan sobre sus hombros la responsabilidad de ser padre y madre a la vez. Las alabo porque a pesar de lo que digan los estudios, la inmensa mayoría de los hijos sin padres terminan siendo gente de bien, y ese éxito se le debe a las madres. Y alabo a los hijos sin padres porque aprenden a apreciar el sacrificio de sus madres y les premian con vidas ejemplares. Alabo a las familias distintas a la tradicional. ¡Feliz Día de Madres!
(NOTA: Esta columna fue publicada en El Vocero, hoy 8 de mayo de 2013 - http://www.vocero.com/sin-padres-opinion/)