(NOTA: Esta columna apareció publicada en NotiCel el 25 de enero de 2017 - http://www.noticel.com/blog/199391/atangana-en-la-lucha-libre.html)
“!Choque de campeones! En un cuadrilátero rodeado de alambres de púas, el acróbata de Puerto Rico Carlitos Colón expone el título mundial frente a Abdulah the Butcher en un todos contra todos… y recuerde que la acción está: En la lucha libre”.
Me parece escuchar la voz de Hugo Savinovich anunciando uno de los encuentros de la Capitol Sports Promotions por la televisión. Pero no. No es la lucha libre, ni es un regreso a los 90. Es la política en Puerto Rico. Se sabe que es coreografiado. Es una “feca”, pero entretiene. En una esquina está Ricardo Rosselló, y en la otra, amarado con cadenas, los siete miembros de la Junta de Control Fiscal.
“!Atángana!”
La Junta dio su receta de austeridad pero el gobernador reaccionó. Rosselló se “cuadró” ante la Junta, pero no brincó de la tercera cuerda. Escribió una ante carta y les dijo que no aceptaría ni despidos de empleados públicos, ni recortes en las pensiones de retirados ni en los programas sociales o de salud. La escena evocaba aquel “don’t push it” de su padre ante el Congreso en los 90. Back to the future.
El problema es que se ve como una escena de esos programas entre luchadores. Se ve como un toma y dame entre los mismos amigos, y se ve que hay una estrategia, porque la comunicación oficial se ve planificada. No fluye normal. Por eso todavía no convence, pero entretiene. Como cuando Cali Colón se molestó con su padre, Carlitos. O como cuando El Invader se peleó con El Invader 2, todo en una coreografía para ganar ratings y llenar canchas en los pueblos. Habría que preguntarse entre Rosselló y los siete miembros de la Junta, cuál será técnico y cuál será rudo, como pasa con los luchadores.
Otro ejemplo de esto también pasó también cuando la Superintendente de la Policía Michelle Hernández de Frailey impuso una mordaza en la información que se daría a la prensa y en menos de ocho horas Rosselló la desautorizó. Esto es lo que en inglés se conoce como “testing the waters”. Es probando a ver cómo reaccionaba la gente. Como la oposición del público, y especialmente de la prensa fue visceral, Rosselló dejó sin efecto ese mandato. Pero nadie contestó los porqués.
Una lectura a las 19 páginas de esa Orden General sobre Estructura Organizacional y Funcional de la Oficina de Prensa de la Policía que había firmado la Superintendente demuestra que el documento no se sacó de la manga. ¿Quién lo redactó? ¿Por qué? ¿Fue en la Policía o en La Fortaleza? ¿Fue el Monitor Federal o el FBI? ¿Fue la Junta de Control Fiscal? No se precisó.
Ese silencio, esa ausencia de explicaciones y falta de transparencia lo que abona es a afectar la credibilidad de Rosselló, y el gobernador no se puede dar ese lujo.
No puede caer en el mismo error de Alejandro García Padilla que decía una cosa y hacía otra. Como cuando dijo que crearía 50,000 empleos y casi el triple de esa cantidad fueron la gente que se ha ido del país. O como cuando dijo que salvaría las finanzas, para luego caer en impagos. Rosselló tampoco puede lucir como Luis Fortuño, que primero creó un comité del sector privado y después anunció la política de “medicina amarga”, que terminó con los despidos de la Ley 7 y el doble de las deudas. Por cierto, gran parte de las deudas las hizo su presidente del Banco y hoy miembro de la Junta, Carlos García.
Ahora mismo al pueblo no se le puede seguir tomando el pelo. No se puede subestimar la inteligencia del pueblo porque ya el puertorriqueño no se come los cuentos. El pueblo no es tonto.
Todo esto es irónico porque si algo se había hecho bien hasta ahora era proyectar un liderato en Rosselló que no se vio en la contienda electoral. Durante la campaña ni la oposición ni los mismos de su partido que favorecían a Pierluisi le daban credibilidad a Rosselló. Recordemos las burlas hacia su persona y la gran cantidad de memes que corrían en las redes sociales en un abierto discrimen hacia él, simplemente por el hecho de ser joven e hijo de su padre.
Sin embargo, Rosselló hasta ahora viene demostrando o comunica una capacidad que merece ser resaltada. Ojalá haga bien su trabajo y sea exitoso. Y más que nada, ojalá abra bien los ojos y pueda discernir entre sus asesores para que le preste atención y siga consejos de los que lo están asesorando bien, y que pueda identificar a los que no, que por cierto, los hay. Ese fue el error de su padre. Por eso tiene que andar con cuidado que no le tiendan una trampa. Que no bregue Chicky Starr con el pueblo.
Rosselló ha dado hasta ahora unos pasos importantes al anunciar que presentará un proyecto de ley sobre libertad de información y revivió el Servicio de Tecnología e Innovación para que sea una estructura centralizada de comunicación en el gobierno. Y todo esto se da cuando ahora mismo algunos emporios comerciales, empresas, entidades cívicas y medios noticiosos se unieron para crear una Red de Transparencia que fomente la rendición de cuentas y el libre flujo de información oficial en el gobierno.
Como diría el luchador “El Invader”, Rosselló tiene que “tratar to’ lo posible” y decir las cosas como son. Tiene que hablar claro, si es que la Junta no lo hace. Si vienen recortes y más medicina amarga, que lo digan para que la gente se prepare porque hasta ahora ni la Junta ni el gobierno lo han hecho.
Todo esto me recuerda la época del Período Especial en Cuba cuando el bloque soviético abandonó la Isla y dejó de enviarles ayudas económicas. El pueblo, desesperado, no encontraba como sobrevivir la crisis y miles emigraron masivamente por el puerto de Mariel hacia Miami. Acá nos pasa algo parecido, pero ha durado más tiempo. Miles de puertorriqueños llevan años partiendo hacia Orlando, o hacia otras ciudades y estados porque no tenían manera de sobrevivir la crisis. Entonces ahora llega la Junta y le dice a Rosselló que vendrá con más medicina amarga, sin entrar en detalles.
Por eso es imprescindible hablar de frente. Ya la gente no aguanta más. El pueblo está harto de las medias verdades y de tener que soportar el ver personajes como Evelyn Vázquez y Georgie Navarro cobrando sus jugosos salarios, para dormirse plácidamente en sus bancas en el hemiciclo legislativo en plena sesión. La gente lo que quiere es que le digan la verdad. “!Atángana!”.