Lo que no logró ni la política, ni las elecciones, ni las iglesias, ni Trump, lo logró Antulio “Kobbo” Santarrosa: unió a las familias.
Hijos llamaban a sus padres. Mujeres a sus esposos. Vecinos se hablaban entre sí y la gente dejaba los negocios para correr a sus casas a prender sus televisores. Los pubs estaban vacíos y todas las familias, unidas, viendo lo mismo. Desde la medalla de oro que ganó Mónica Puig en los Juegos Olímpicos nada había unido tanto a un pueblo que se pegó frente a las pantallas de sus televisores. Todo el mundo vio la entrevista que le hizo Normando Valentín a Kobbo.
Sin ver los ratings se sabía que el programa capturaría las audiencias esperando a ver si vuelve la vieja de los chismes, sentada en su silla. Y como de costumbre, La Comay dio una pela en los ratings.
Glenn Santana publicó en Primera Hora que la entrevista promedió en las encuestas de audiencia que hace la firma Nielsen 24.9 puntos de ratings. En segundo lugar quedó la novela turca “Me robó mi vida” en Telemundo, con 18.5, y en un distante tercero, con 2.7 de rating, quedó la novela “Tres Veces Ana” en Univisión. Sea como sea, Kobbo Santarrosa logró lo que siempre hacía, que era ser el programa más visto en la televisión puertorriqueña en su horario.
¿Habría que preguntarse cómo es que una cosa así sucede en WAPA Televisión? ¿Por qué traer a Kobbo ahora? ¿Será una de esas movidas magistrales de Joe Ramos en WAPA, que usó el morbo y la expectativa por saber si La Comay vuelve, para tratar de contrarrestar los golpes que ha tenido el canal últimamente? Recordemos que hace unos días los empleados unionados de la Upagra emitieron un voto de huelga, y por otro lado, aunque WAPA sigue al frente en las encuestas, las distancias han bajado. Ahora Telemundo domina ciertos horarios y les está dando una competencia cada vez más fuerte.
Pero, hay que reconocer el programa de “Super Xclusivo” era el producto más rentable para el canal y a WAPA ahora más que nunca le hace falta el cash. Fue el programa que más ganancias le generó al canal durante años. Además dominaba todo el horario “prime-time” y era un extraordinario “lead-in” para mantener a las audiencias antes de las noticias.
Por eso la atención de todos estaba en la entrevista de Normando a Kobbo, quien se agenció el rating para su programa “Ahí está la verdad”. Porque de eso es que se trata. Hay que levantar el interés de la gente para agenciarse un buen rating. Haciendo la salvedad, por aquello de ser honesta, de que yo fui unas de las que conceptualizó y desarrolló el programa “Ahí Está la Verdad con Normando Valentín”, como jefa de investigaciones por largos meses, al momento no tengo relación alguna con el mismo. Pero no me deja de fascinar cómo reaccionan las audiencias.
Normando aseguró a la prensa que la entrevista a Kobbo fue por casualidad y no para preparar el camino de regreso del titiritero. Sin embargo, desde que comenzaron los anuncios de ese encuentro la pregunta en todas partes era ¿Vuelve o no vuelve La Comay? ... ¿Qué si vuelve? Eso el tiempo dirá. Ya el efecto del boicot aquel del 2012 no es el mismo, ni es el mismo Puerto Rico de entonces.
Sé que Kobbo Santarrosa se escondía detrás de la muñeca para ofender a mucha gente sin el más mínimo ápice de decoro y sin mirarse ante un espejo. Pero, aunque la gente lo critique, siempre lo sintonizaban.
Es que levantaba el imaginario colectivo. Decía que daba noticias exclusivas y se creía periodista, pero era un chismoso. Sin embargo ahora gran parte de la prensa que lo criticaba ha demostrado que son peores que él. Son igual de chismosos o son tan vagos que no hacen la investigación que sí hacía el equipo de Santarrosa. Por eso era en sí como una metáfora del revolú que es Puerto Rico que se cree estado o nación, pero es una colonia. Era Kobbo el hombre y Kobbo la muñeca. La muñeca-Kobbo que la gente veía como persona, y a La Comay a la que todo el mundo temía u odiaba y le daba vida propia. La muñeca-gente que cuando hablaba, lo que decía se convertía en verdad. Un producto de la imaginación encarnado en la cotidianidad nuestra. Por eso ahora todo el mundo la imita, pero nadie la supera.
Al ver la imagen de Kobbo en su carreta con Normando parecía como una figura sacada de una novela del siglo 19. Sólo que fue allá Ocala y no acá en Puerto Rico. Siendo entonces residente de ese municipio puertorriqueño en el que se ha convertido la Florida, habría que preguntarse, ¿Por qué no le saca Kobbo ventaja? Cuando los puertorriqueños hagan su peregrinar a Disney, ¿Se darán la vuelta por Ocala para ver la finca de Kobbo? Es más, imagino que podría hasta hacer un parque temático, a lo Michael Jackson. Que aproveche que por allá está El Reino Mágico y Universal Studios, y se ganaría par de millones más.
En vez de la torre del terror podría hacer “La Torre del Bochinche”. A la montaña rusa le podría poner “La lengua poderosa” con la música de La Comay. Quizás haría como en Epcot y tendría el Pabellón Héctor Travieso recordando todas sus múltiples vidas en la televisión. O quizás un Museo del Bochinche, con figuras de animatronics al estilo de aquella Torre de Oración de Rodolfo Font, y en vez de dinosaurios podría poner una muñeca de La Condesa y cómo se transformó hasta La Comay. Otro pabellón de recuerdos con vídeos de Mirta Silva, Charlie Too Much y otros chismólogos. O quizás otro de sus copiones más recientes. Podría tener también un área investigativa y su sala de redacción con el nombre de “Aparente y Alegadamente” para sacar por el techo y seguir creyéndose un periodista. O conformarse, como diría Pollo Maldonado, dando trillitas en su carreta mientras va contando chismes. La Comay Theme Park sería toda una aventura.
Anoche fue una aventura volver a ver a ese ser que logró capturar el imaginario de todo un pueblo por más de 14 años. Así fue que familias enteras no se despegaron del canal para ver al “Padrino” decir si vuelve o no. Porque gústele o no a la gente, La Comay decía las cosas como se tienen que decir. Sus chismes-noticia se convertían en verdad. Y el chisme vende. No hay la menor duda de eso
Kobbo mostró que tenía dos burros supuestamente para ahuyentar coyotes. ¿Sería eso una metáfora de su vida? ¿Será el pueblo como esos burros que se creen lo que él dice? ¿Será por eso que él vive así y casi todos los puertorriqueños no? Si algo se tiene que reconocer es que Kobbo es un tipo brillante. Un jíbaro de Mayagüez que se convirtió en millonario y vive así con una riqueza basada en una muñeca y en chismes, es algo increíble. Ese es el verdadero sueño americano. God Bless America. ¿He dicho nombre yo?
NOTA:
En el pasado he escrito mucho del tema de este personaje famoso de La Comay y el chisme como noticia, siempre pensando que la libertad de expresión es un derecho sagrado protegido por la Constitución.
1. Del morbo y la muerte (2011)
2. La Comay es prensa… y un reto al periodismo (2012)
3. Reacciones a La Comay: mi respuesta inicial (2012)
4. Kobbo Santarrosa, el periodista (2012)
5. Yo no soy José Enrique (2012)
6. Los periodistas como amenaza al periodismo (2012)
7. Chisme vs. noticia (2013)
8. Se fue La Comay y boicot contra todos (2013)
9. Chisme farandulero (Parte 1) (2014)
10. ¿Periodistas o chismosos: Chisme farandulero Parte 2 (2014)
11. Ana Cacho: más alla de la censura (2015)
12. Corrupción: Una realidad mediática (2016)