La Comisión Estatal de Elecciones (CEE) anunció la llegada de observadores internacionales para vigilar las primarias de este fin de semana, en un contexto marcado por dudas y desconfianza ciudadana
Estas son las inconsistencias típicas de la colonia. Ese síndrome del colonizado que demuestra como el sistema le afecta en la psiquis. El liderato novoprogresista que dirige y domina la Comisión Estatal de Elecciones anunció con mucha pompa que vienen observadores internacionales para vigilar las primarias de este fin de semana. No es la primera vez que vienen, porque siempre suelen hacerlos en procesos electorales. Pero el matiz de ahora, la forma en que se anunció, cobra unos colores distintos.
La presidenta de la CEE, nombrada por el gubernamental Partido Nuevo Progresista, Jessika D. Padilla Rivera, dijo que los observadores vienen como parte del intercambio electoral y para garantizar la pureza del proceso. Ella sabe bien que hay muchas dudas con el voto de los encamados, los presos y el voto por adelantado. Sabe también que en el pueblo se comenta con temor de que “se roben” las elecciones, de que haya problemas, y ella quiso garantizar que todo se hará en ley, ante los ojos de observadores internacionales.
Por eso, pretendió con el anuncio, apaciguar un poco a los incrédulos de esta reforma electoral que vaticinan los problemas que nos esperan en las primarias y en las elecciones.
Lo irónico de todo esto es que Puerto Rico es una colonia, no un país soberano. Como colonia, no puede tomar decisiones ni permitir injerencias de nadie externo en los procesos locales. Estados Unidos no permite a nadie de afuera que se inmiscuya en sus asuntos internos, y Puerto Rico es un territorio donde ellos mandan.
Entonces “¿por qué son estos oficiales estadistas, que creen en la unión permanente, quienes anuncian que fuerzas extranjeras vienen a observar que no se robarán las elecciones y que todo estará limpio y casto aquí? Esa es la gran pregunta.
Pero como decía el filósofo Franz Fanon: “La ironía protege contra la angustia existencialista. La misión consiste en desplazar el problema."
Como sea, hay que aparentar que todo estará bien. Ante la realidad de que hay muchas dudas en este proceso electoral, tienen que dar a entender que en la Comisión Estatal de Elecciones son puros y castos. Aunque todavía estén muy frescos en la mente los recuentos, las papeletas perdidas, el voto adelantado, los encamados, la Java y todo lo que pasó con Edwin Mundo y los demás partidos en las elecciones pasadas.
Ayer mismo, el equipo de la comisionada residente Jennifer González, que también es estadista, demandó a la comisionada electoral del PNP. La precandidata a la gobernación de la Palma alegó que Vanessa Santo Domingo expulsó a su representante, Raquel Cruz Viana, del área de conteo del voto adelantado y ausente que se realizaban como parte de las primarias CEE porque no le dio espacio a su representante. O sea, que ni ellos mismos confían en los suyos.
Por eso el anuncio institucional de ayer era insistir en que vienen observadores internacionales. Padilla Rivera, Santo Domingo y la comisionada electoral del colonial Partido Popular Democrático, Karla Angleró González, resaltaron la importancia de esta visita como “una clara demostración de nuestro compromiso con la transparencia y la integridad de la democracia de nuestro país”.
En la rueda de prensa anunciaron que vienen funcionarios de Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y El Salvador, como parte de los esfuerzos combinados con la Oficina del Contralor Electoral de Puerto Rico y del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL), ya que la CEE es miembro de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) y de la Asociación de Magistradas de las Américas (AMEA).
Padilla Rivera dijo que los avances tecnológicos del sistema electoral en Puerto Rico, “nos posicionan como un modelo a seguir, en el aspecto tecnológico electoral, para conocedores y estudiosos de esa materia”. Santo Domingo dijo que Puerto Rico se posicionó como la puerta de la tecnología en la democracia y Angleró González dijo que la visita de extranjeros permite una mirada imparcial y que éstos se llevarán consigo “las buenas prácticas y lecciones aprendidas a sus propios contextos, contribuyendo así al fortalecimiento de la democracia a nivel global”. Y en el cielo paz y en la Tierra gloria.
Siendo honestas, tenemos que admitir que siempre han venido visitantes extranjeros a mirar los procesos electorales. En los años en que hubo credibilidad en la CEE, especialmente bajo la presidencia de Juan R. Melecio, venía gente a ver los procesos y a aprender o a compartir experiencias en materia electoral. Pero ahora lo que pasa es que nadie se atreve a apalabrar las verdades.
Ahora la gerencia de la CEE celebra estas visitas para tratar de tapar esa sombra de duda que hay sobre ellos. Para ocultar la realidad de que la gente desconfía y temen que se cometan fraudes porque ya no hay credibilidad bajo la reforma electoral actual. Con los votos encamados, por adelantado y el de los presos se sabe la que hay. Así que por más estadistas o proamericanos que sean, prefieren aparentar de la observación extranjera, bajo suelo colonial americano, para decir que son castos.
Porque, parafraseando a Fanon, hay colonizados que quieren la finca del colono. No se trata de entrar en competencia con él. Quieren su lugar.