“Los exgobernadores a los que el País recuerda con cariño, tuvieron buenos secretarios de prensa”
Se sigue hablando de la transición en el gobierno pero poco se habla de cómo deber ser ese cambio de mando en una de las posiciones más importantes para todo gobernante. Se trata de la figura que tiene en sus manos el poder de hacer o de destruir la imagen y el recuerdo de todo líder: su secretario de prensa.
Poco se analiza el rol tan crucial que tiene un secretario de prensa en la proyección de la imagen y de la política pública de todo gobernante y de su administración. Es la mano derecha, debe ser su principal asesor y portavoz, y ocupa uno de los puestos de relaciones públicas más importantes en el país. Es el que desarrolla y planifica las estrategias de comunicaciones y el mensaje que emite todo líder. Determina junto a su equipo de trabajo el calendario de actividades del líder, a qué hora habla, qué debe decir y ayuda en el cómo decirlo. Siendo una figura tan crucial, resulta sorpresivo que la Prensa no le de la importancia o el realce que esta posición exige.
Todos los secretarios de prensa que han pasado por La Fortaleza en los últimos 20 años han sido claves para delinear cómo el País ve y cómo recuerda a cada gobernante, e inciden en cómo la gente opina de sus respectivos gobiernos. Por eso el reto que enfrenta el virtual candidato a secretario de prensa del nuevo gobierno de Alejandro García Padilla es grande. Tiene que comunicar el plan de gobierno, mantener la promesa de AGP de no culpar a la pasada administración y convencer a los electores que le prestaron el voto a su jefe, de que el nuevo gobierno hará un buen trabajo. Para eso también tendrá que dirigir las estrategias de comunicación de todos y cada uno de los oficiales de prensa de todas las agencias del gobierno para que lleven un mensaje cónsono, a diferencia de lo que ha pasado en otros gobiernos.
Se sabe que el colaborador más estrecho de AGP es Jesús Manuel Ortiz, quien ha estado como su portavoz desde el 2004 cuando dejó un trabajo en la radio para ser oficial de prensa del entonces secretario del DACO. Luego ocupó el mismo puesto cuando AGP pasó al Senado y posteriormente en la campaña. Y aunque aun no se ha determinado la estructura comunicacional del nuevo gobierno, ya que no se sabe si se separará la Oficina de Prensa de la Oficina Central de Comunicaciones como pasó en otros gobiernos, lo cierto es que Ortiz confirmó que estará en una posición cercana al nuevo gobernador.
Ortiz debería seguir el ejemplo de los tres mejores secretarios de prensa que han pasado por La Fortaleza: Tato Ramos bajo la época de Rafael Hernández Colón, Rafael Cerame bajo Pedro Rosselló y Juanita Colombani bajo Aníbal Acevedo Vilá.
Clave en el éxito de Ramos fue tener acceso al nivel de toma de decisiones, respetar a la Prensa y siempre decir la verdad al País. No se trata de confesarse, sino de contestar lo que se puede, sin mentir. “Es importante que el gobernante entienda la labor del secretario de prensa, cómo se diferencia su rol de relacionista a lo que hacen los del campo de la publicidad, y que sepa que tiene que mantener al pueblo informado, por lo que tiene que atender a la Prensa”, dijo.
Cerame tiene un rol histórico indudable en la proyección de su jefe, que es el último gobernador electo a un segundo término. Tan pronto Cerame se fue de Fortaleza, comenzaron los horrores en la guerra que tuvo Rosselló con la Prensa. “La gente no se da cuenta del rol del secretario y de que tiene que ser un buen portavoz de su jefe”, dijo Cerame.
El mayor logro de Colombani fue mantener el mensaje de que trabajaba para un gobernador en funciones, no en problemas. Además ejerció su liderato con todos los oficiales de comunicación de todas las agencias. Aunque estos técnicamente no son subalternos a La Fortaleza sino a cada secretario o director ejecutivo, deben trabajar de manera coordinada con el secretario de prensa para que las actividades de cada agencia apoyen el mensaje de política pública del gobernador.
Uno puede ver paralelismos entre el éxito de los secretarios de prensa y cómo el país recuerda al gobernante cuando sale de La Fortaleza. Los exgobernadores a los que el país recuerda con cariño, tuvieron buenos secretarios de prensa.
Ortiz anticipó que el gobernador AGP será accesible a la Prensa ya que es una criatura mediática, pero “no se va a dejar dictar pauta ni gobernará por lo que publiquen las primeras planas”, dijo. Sin embargo, acepta que su rol será distinto y más difícil que el de otros secretarios de prensa no solo por la situación económica sino a la multiplicidad de medios de comunicación y reporteros, especialmente con el crecimiento de periodistas ciudadanos, de las redes sociales y la tecnología.
Su antecesor, Edward Zayas, es el aun secretario de prensa del gobernador Luis Fortuño y como Ortiz y la mayoría de los que han pasado por el cargo, también vino del periodismo antes de ser oficial de prensa. Ambos, además, comparten un estilo conciliador y el aprecio de la inmensa mayoría de los periodistas que los reconocen como los caballeros que son. La diferencia en el caso de Zayas es que rara vez dictó la pauta en el mensaje de Fortuño. No controló la comunicación porque lo hacían otros asesores y no se puede negar que eso afectó la proyección de Fortuño.
Esta columna salió publicada en El Vocero - 12/5/12 - http://www.vocero.com/secretario-de-prensa/