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Lo que se ve, sí se pregunta

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El periodismo se ha convertido en una novela, en quién es el galán o la modelo de turno, pero el país no necesita eso

A veces la gente se entera de las cosas como si fuera por arte de magia. De la nada surgen ‘issues’ que se convierten en la noticia del día mientras otros, igual o más relevantes, no salen. O peor. Cuando hay noticias importantes, se queda en el aire un mal sabor. Ese sentido de que no se dijo todo, o que se ocultó la verdad porque nadie preguntó. Eso pasa porque muchos reporteros no están haciendo su trabajo.
Esto no es nuevo, pero ciertamente, de unos años hacia acá son más las respuestas sin contestar porque no se hacen las preguntas. Se aceptan los silencios o las medias verdades disfrazadas decomunicados de prensa que no se cuestionan. O se disputan a medias.  También proliferan las ruedas de prensa que son monólogos donde no se interpela, no hay curiosidad ni duda, o en las que las pocas preguntas son tipo “bombito al pitcher”, que fueron cuadradas previamente con un colega relacionista.
Todo esto tiene profundas repercusiones para el pueblo porque no se entera de la verdad, para los medios, porque se siguen transformando en entretenimiento, y para los periodistas, cuya credibilidad, balance y formación, se siguen cuestionando.


A veces los periodistas tienen de frente las noticias, pero como no hacen las preguntas que se caen de la mata, no trascienden las cosas. Tomemos como ejemplo el escándalo reciente de las fotomultas, en el que  tanto el gobernador como el secretario de DTOP aprovecharon para no dar las explicaciones que el público merece. ¿Qué abogados tiene el DTOP – internos y contratados – que no leyeron y permitieron el contrato de las fotomultas? Cuando se anunció el proyecto en septiembre, se dijo que no le costaría al erario porque la empresa privada asumiría todos los gastos y el contrato era por un dólar. Sin embargo, cuando explotó el alboroto, la empresa dijo que el contrato fue de $6 millones. ¿Quién dice la verdad en esto? ¿Por qué no se contesta claramente por qué no hicieron subasta ni quién llevó a la compañía al DTOP? ¿Quién le tira la toalla en los medios?
Otro tema. En días recientes estuvo en Puerto Rico el presidente dominicano, Danilo Medina, eneventos de pompa y fanfarria donde los periodistas no pudieron hacer preguntas y a los medios los silenciaron con compra de tiempo para la transmisión. Allí nadie le preguntó a Medina qué beneficios económicos ofrecía para los puertorriqueños que se quieran mudar a la República Dominicana ante la crisis local. No. La prensa aceptó los mensajes que prepararon ambos gobiernos, sin preguntar.  García Padilla tampoco contestó, por ejemplo, ¿Qué está haciendo el gobierno de Puerto Rico para evitar que los empleos que antes habían aquí de empresas de servicio y de telecomunicaciones, como los call centers, se muden a la república? ¿Por qué la Junta de Telecomunicaciones lo permite a pesar de violar leyes de la FCC?
Sobre Desarrollo Económico. Mientras el Secretario Alberto Bacó solo se concentra en millonarios como Paulson, siguen cerrando tiendas al detal. ¿Qué pasa? ¿Qué está haciendo para evitar eso? O  pensemos en Justicia. Allí siguen inertes con el caso Lorenzo y tantos otros sin esclarecer, pero se acepta el libreto sin preguntar los porqués. El secretario César Miranda tampoco dice nada sobre el caso de Lurgardo Acevedo ni del ex juez. Nada. No se pregunta.
Así son los otros temas sin desenmascarar, pero es importante aclarar que siempre hay excepciones. Hay muchos periodistas que sí cumplen con su rol social. Un ejemplo reciente que hay que aplaudir fue Charito Fraticelli, de Telemundo. Con la visita del presidente dominicano, la mayoría de los medios se limitaron en publicar los comunicados de Fortaleza, pero ella entrevistó dominicanos radicados aquí y muchos expresaron que están regresando a su país o que quieren regresar porque aquí la economía no los ayuda. Su cobertura luego fue copiada por el resto de los medios.
Y eso es lo que pasa, que cuando alguien hace algo diferente, salen rápido a copiarlo como si no hubiera iniciativa propia. Plagian y no lo dicen. Es la ley del menor esfuerzo posible, un mal que se pega en algunos medios. Abunda tanto de lo malo, que la mediocridad resuena con fuerza.
La falta de fiscalización adecuada de los periodistas responde a múltiples factores como la crisis económica que produce miedo colectivo en las empresas mediáticas a perder anunciantes y audiencias, o a muchos reporteros novatos cuyo referente es Google y nada más, ante la falta de veteranos que les guíen. No saben nada del proceso legislativo pero se conocen todos los novios de Maripily o Kim Kardashian. Hay muchos reporteros en la bobería, en el faranduleo, o en el panismo y no hacen las preguntas porque tienen miedo a perder los pocos empleos que quedan.

También hay un alto grado de frustración entre los reporteros responsables porque luchan desde sus respectivos medios ante gerencias que buscan lo fácil, sin dar seguimiento o que impiden hacer las investigaciones para no calentarse con anunciantes o el gobierno de turno. Por eso abundan también los brazos caídos. Algunos reporteros tienen medio de quedarse en la calle y perder lo poquito que acumularon para su retiro ya que la unión los engañó. Es conocido en el país lo que sucedió con muchos de los ex empleados de este diario antes de la quiebra y venta, porque el sindicato no les pagó los fondos que les cobraba para pensiones. ¿Estará pasando lo mismo con los ex empleados de Univisión?, por ejemplo. Ante ese espejo ¿tienen miedo los reporteros de otros medios?
El peligro en no hacer las preguntas de rigor es que el país no se entere de la verdad.  Se deja el espacio a que analistas y abogados con dedos amarrados desvíen la opinión pública con sus agendas propias que en nada benefician al pueblo. ¿Por qué no se les exige a los comentaristas en radio, por ejemplo, a que revelen qué contratos tienen o a quién representan?
El periodismo se ha convertido en una novela, en quién es el galán o la modelo de turno, pero el país no necesita eso. Cuando hay crisis de todas las instituciones como la que se vive aquí, el pueblo necesita conocer la verdad. El país no necesita Emmys, ni premios del OPC o de la ASPPRO. El pueblo lo que necesita saber es lo que no se pregunta.
El cantautor mexicano Juan Gabriel, quien casualmente vendrá a la isla a dar un concierto dentro de poco, puso de moda la frase de “lo que se ve, no se pregunta”, cuando un impertinente periodista le cuestionó sobre su orientación sexual.  Al analizar lo que pasa aquí en la prensa, habría que cambiar la frase y decir lo obvio: lo que se ve, sí se pregunta.

Nota: Esta columna fue publicada en El Vocero, el  20 de enero de 2015 http://elvocero.com/lo-que-se-ve-si-se-pregunta/

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