Los medios en Europa, Estados Unidos y Rusia se silencian mutuamente en medio de la guerra en Ucrania; la tendencia del control de la información es global y se vive incluso en Puerto Rico
(NOTA: Esta fue mi columna semanal publicada en Ey Boricua el 6 de marzo de 2022 - https://eyboricua.com/opinion/mordaza-mediatica-la-primera-victima-en-una-guerra-es-la-verdad/?fbclid=IwAR2VgLcmswnlaAKJBM2ZoIwt6U-MT-LV3MvDQ_DOkIN-4yOzXx1onToH9ys )
Hay una mordaza cibernética en todo el mundo. Los americanos censuran, los europeos censuran y los rusos censuran. Olvídate de Cuba, Nicaragua, Venezuela y China. Esto es global. Es irónico que en la era de la información, es cuando más se censura. El escenario es la cruenta guerra en Ucrania, pero viene pasando hace tiempo.
Medios americanos como la cadena CNBC, CNN, The Hill, entre otros, reportaron entonces que RT detuvo sus operaciones y corresponsalías en Estados Unidos, y Axios informó que DirectTV eliminó RT America de su programación.
Pero hubo retaliación. Rusia respondió bloqueando medios como el canal independiente TV Rain y la emisora radial Eco de Moscú a los que bloquearon no sólo la señal por aire, sino también sus accesos por YouTube. El viernes bloqueó los accesos a Facebook y Twitter. Además, el gobierno de Vladimir Putin advirtió a Voice of America que cerraría su página web por la cobertura desbalanceada de la invasión a Ucrania.
“Cualquier intento de interferir con el libre flujo de noticias e información es profundamente preocupante. Encontramos que esta orden está en oposición directa a los valores de todas las sociedades democráticas”, dice la directora interina de la Voice of America, Yolanda López.
¿Sociedades democráticas? ¿Pero no fue eso lo mismo que hicieron los mismos americanos a Donald Trump? Hace casi dos años a Trump le cerraron los canales por donde hablar. Lo censuraron en Facebook, en Twitter, en Google y en cuanta plataforma de comunicación posible. Los republicanos entonces decían que estaban en guerra contra los demócratas, y todo el planeta vio con la locura que respondieron en el ataque al Congreso del seis de enero del 2021.
Porque bien dice el refrán “la primera víctima en una guerra es la verdad”. La verdad va a depender de quién la diga, por eso silencian a los medios, que son los vehículos por donde la gente puede enterarse de las cosas.
¿Y no se suponía que la Internet y luego, las redes sociales, se inventaron para que la gente pudiera conectarse a nivel local? Pues, ahora son vistas como amenazas.
En gobiernos totalitarios lo primero que hacen es cerrar las emisoras de radio y periódicos, y capturar los canales de televisión. Luego son los gobiernos los que generan todo el contenido que esos medios transmiten. Pero entonces, ¿por qué Europa y Estados Unidos que dicen ser democráticos, están haciendo lo mismo que critican a Cuba y a Nicaragua o a China?
Pero en esta era de Cambridge Analytica donde se manipulan elecciones y se manipulan gustos por los likes, el peligro es constante. Hace dos días el presidente de México Andrés Manuel López Obrador dijo: “No estoy de acuerdo con que haya censura los medios de información. Me manifesté en contra cuando le cancelaron la cuenta al presidente Trump como también no estoy de acuerdo con que se censure en los medios de Rusia ni de ningún país. Tenemos que hacer valer la libertad”.
La realidad es que vivimos una era de mordaza cibernética, en la que la propaganda y las noticias falsas se diseñan para confundir poblaciones, para provocar alternaciones en patrones de consumo al momento de comprar, o para cambiar actitudes cuando hay una elección. Todo se basa en manipular.
Aquí en Puerto Rico se vive esa mordaza hace años. Los populares y los comunicadores estadistas dicen que todos los periodistas son independentistas. Falso. La absoluta realidad es que ellos son los que tienen copados las líneas editoriales y la dirección de casi la totalidad de los medios informativos. Por eso abundan los analistas y comentaristas que son expolíticos, cabilderos y agentes de propaganda del PNP y del PPD. Casi en un 98% son varones, heterosexuales, blancos y de clase media alta o alta,y de la zona metropolitana, que estudiaron en prestigiosas universidades o son abogados, lo que comunica sólo una visión de mundo. Cuente, y verá que esto es cierto.
Puede que usted vea a un Juan Dalmau del PIP o a un Manuel Natal de Victoria Ciudadana, pero los tienen como “token” para decir que hay balance, pero no es así. Si uno analiza el tiempo y el espacio que le dan a éstos comparado a los del PNP y PPD, comparado a su vez con el silencio a los de Proyecto Dignidad, a los que no son políticos, a las feministas, viejos y a otros sectores, se ve ese absoluto desbalance.
Lo lógico es que tuviéramos oportunidad de ver de todo y leer de todos los países y corrientes ideológicas para llegar a tener conclusiones más completas. Así es que se pueden aquilatar los datos. Si lo que se da es un solo lado de la historia, ahí hay un problema.
Dicen que fue el senador americano Hiram Johnson quien en medio de la Primera Guerra Mundial en el 1917 dijo que “La primera víctima en una guerra es la verdad”. Pero si se indaga bien, resulta que no fue él quien primero lo dijo. Fue Esquilo, un dramaturgo griego para el año 450 antes de la época de Sófocles. O sea, siempre hay que ver el todo. En la guerra, como en la paz, lo único que nos salva es educarnos, y para ser democrático, hay que incluir el respeto por las diferencias. No a la censura. A ninguna.