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¿El año de las negras? (Opinión)

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Miss Universe Puerto Rico Michelle Colón (Foto El Vocero)

(NOTA:  Esta columna de opinión fue escrita para el medio Ey Boricua y publicada originalmente el 4 de octubre de 2021 - https://eyboricua.com/opinion/el-ano-de-las-negras/ )

Michelle Colón como Miss Puerto Rico Universe la semana pasada y Jasmine Camacho Quinn como la medallista de oro en los Juegos Olímpicos en agosto son dos ejemplos recientes de los múltiples triunfos y las gestas de las mujeres negras puertorriqueñas. Los logros, esfuerzos y sacrificios de las negras históricamente se ocultan ante el pueblo, pero su contundencia no se puede obviar. Por eso, al mirar esto dos triunfos me pregunto si el 2021 es finalmente el año donde se reconocerá el rol de la mujer negra puertorriqueña. ¿Es el 2021 el año de las negras?

Michelle quien es de Bayamón, representó en el certamen a Loíza, la capital de la tradición y de la afirmación de la negritud. Decidió representar al pueblo más discriminado de todo Puerto Rico. Pero, desde mucho antes de entrar a competir, ella ya se había integrado a la comunidad loiceña, colaborando con proyectos sociales y ayudando a promover la autoestima, algo tan urgentemente necesario entre los jóvenes.


Jasmine Camacho Quinn, medallista de oro en los Juegos Olímpicos en Tokío 2020

Jasmine, nacida y criada en los Estados Unidos, es hija de un padre afrodescendiente y ella casi no habla español, pero viene representando a Puerto Rico hace años. Optó por competir por la isla de su madre, por que como dijo “es algo que llevo en la sangre” y siempre se ha expresado con mensajes positivos hacia lo que es ser puertorriqueña.  En ambos casos, Michelle y Jasmine afirman lo que son y lo que sienten en su corazón.  Total, una es lo que es y lo que se siente. “La nación la representan quienes la afirman, no quienes la niegan”, dijo una vez Pedro Albizu Campos.

En las discusiones públicas de ambos casos ha prevalecido el prejuicio racial, algo que no pasa con reinas de belleza o atletas blancas y rubias. Se les cuestiona más, se duda más de sus acciones, se les juzga más en su aspecto, y esto es porque ambas son negras.

Ese elemento de discrimen racial no se incorpora a la discusión cuando precisamente es una mujer negra la que tiene el control de las vidas de casi todos los puertorriqueños. Se trata de la jueza federal Laura Taylor Swain, quien seguirá tomando decisiones cruciales que afectarán la vida de todos con el tema de la deuda y la quiebra del gobierno. En ese sentido, se puede decir que es una mujer negra la que de verdad manda aquí.

La pregunta es ¿por qué la raza se considera para unas cosas sí y para otras no? Más que nada, ¿por qué a la mujer negra se le sigue cuestionado, incluso cuando triunfan como Michelle o Jasmine, o mandan, como la jueza federal?

Una respuesta a esto es compleja porque tiene que ver con la falta de educación y la desigualdad. Los estereotipos de qué es o cómo debe comportarse una mujer negra, están vivos. En esencia, el discrimen hace que la gente se odie a sí mismo. Como han inculcado que lo negro es lo malo, la gente no se ve. Todavía muchos no se reconocen como negros, aunque esto ha ido cambiando gracias los importantes esfuerzos educativos que llevan haciendo diversos grupos comunitarios en Puerto Rico.

En el Censo del 2020 un 17.5% de los puertorriqueños se identificó ser de la raza negra o en combinación. Esto compara con un 14.8% que dijo eso en el 2010. Igualmente, los puertorriqueños que se consideran blancos han ido mermando. En el censo de 2000 fueron 80.5% de la población, en el 2010 un 75.8%, y para el 2020 bajó a un 17.1%.

En el caso de la mujer negra, el reto es complejo. Según un estudio que encomendó la revista Étnica, el 46.5% de las mujeres negras viven bajo el nivel de pobreza con una mediana de ingresos de $16,486 anuales. A esto se le suma que el 60.3% están fuera de la fuerza laboral. Es decir, las mujeres y más que nada, las mujeres negras, son las más pobres y las que enfrentan mayor desigualdad. Por eso es que hablar de estos temas es importante y hay que decir las cosas.

Una parte clave de todo esto es que la estructura de los medios las invisibiliza. No se le da igual exposición o importancia a los trabajos que muchas mujeres puertorriqueñas negras están realizando. Y esto pasa en todos los ámbitos.

Mayra Santos Febres

El sábado la escritora puertorriqueña Mayra Santos Febres presentará el libro “Antes de que llegue la luz”, editado por una de las principales editoriales del mundo, Planeta. Este año también la joven poeta Ana Castillo sacó su poemario “Corona de Flores”, con extraordinarias críticas, pero casi nada de cobertura mediática. La investigadora y profesora de la Universidad de Puerto Rico, Yvonne Dennis, tiene el laureado libro "El mito literario yoruba en la mujer negra caribeña”, mientras que Yolanda Arroyo Pizarro, sigue cosechando triunfos a nivel internacional y algunos de sus libros como “Pelo  Bueno” son referencia para tesis doctorales en varios países de Iberoamérica.


En las artes plásticas, la profesora Marielba Torres junto a varios artistas están por publicar una importante investigación sobre el rol de los negros en el arte. En estos días se trabaja en el Tercer Congreso de Afrodescendencia.  En el deporte la medallista Melissa Mojica, la regresar de competir en los Juegos Olímpicos en Tokio, intentó ganar la presidencia de la Federación de Judo. Perdió por siete votos, pero apenas inicia sus planes para masificar el deporte con el que ha traído tantos premios. Mientras que, en la música, la sonera Choco Orta filmó y editó tres vídeos musicales, y se presentará en Nueva York el 23 de este mes.

 

Estos logros de mujeres negras no se celebran y aunque están ahí. Es importante hacerlo porque la representación ayuda a la autoestima colectiva. Esto es vital porque los jóvenes siguen recibiendo mensajes que sexualizan y animalizan a la mujer. El ejemplo más reciente es el vídeo del imberbe colombiano J. Balvin, donde pone a dos mujeres negras como si fueran perras, amarradas por unas correas que él tira. Contra esto hay que luchar. Se lucha denunciando y educando.


Hay que demostrar que la mujer, y más que nada, la mujer negra puertorriqueña está trabajando, siempre lo ha hecho y lo seguirá haciendo. Que aporta al país. Desde la época de Celestina Cordero, la primera educadora, hasta el día de hoy. Es hora de que se empiecen a descubrir estos triunfos, para que finalmente se respete y se celebre a la mujer negra. Ya las mujeres lo han demostrado. Que lo que queda del 2021 sea ese año que añoramos.


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