Edgardo Rivera habla, en señas, a los sordos reunidos. A su lado, la intérprete Jennifer Martínez. |
Comparto con ustedes este vídeo que hoy Facebook me lo recuerda, y que, al verlo, no puedo evitar emocionarme. Lo veo y todavía se me salen las lágrimas al recordar tantas cosas. Han pasado más de 4 años desde que empezamos en este camino para que en Puerto Rico se respeten a los sordos y para que los mismos sordos lograran apoderarse. En realidad, es fue el mayor reto.
No fue fácil para algunos sordos vencer esa barrera autoimpuesta de no atreverse a exigir, a hablar, a que los atendieran, pero poco a poco lo han ido logrando. No hay mayor alegría que verlos ahora como intérpretes, en comerciales de TV, dando clases de señas en el Canal 6, en foros y exigiendo que respeten su dignidad. También ha sido hermoso ver cómo ahora las personas que ven a los sordos no permiten burlas, los apoyan y los respetan. Los oyentes caminan junto a los sordos, pero todavía falta mucho camino por recorrer.
Les comparto ese vídeo porque fue la primera vez que sobre 300 sordos se reunieron para reclamar sus derechos y desahogarse, pero se hizo distinto, con un plan. Esa reunión fue en la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL) que nos prestó un salón y allí, junto a 7 abogados que fueron guías, los sordos fueron explicando sus necesidades en temas como educación, salud, trabajo, derechos humanos básicos y otros asuntos.
Esto ocurrió un día después de que sobre 80 sordos y oyentes fuimos a piquetear en el Tribunal de Caguas, en un caso en el que se violaron los derechos de un envejeciente sordo. Lo habían metido preso por cinco días, siendo inocente, y sin tener un intérprete. Desde entonces, se han conseguido la aprobación de leyes, reglamentos y mucha más apertura.
En aquel momento fueron claves unas personas específicas que quiero mencionar. Primero a los licenciados Juan José Troche y Liesel Costa, que junto a los de la SAL, nos guiaron. Segundo a los intérpretes de señas que fueron parte de este proceso, en particular a Ricardo Ortiz y Jennifer Martinez (en el vídeo), entre muchos otros. Tercero: a los compañeros periodistas que nunca me han fallado. Cada vez que hacíamos un reclamo, siempre cubrían los eventos y eso ayudó a que la opinión pública entendiera que en Puerto Rico hay sobre 200,000 personas a los que le violaban derechos, que hablan otro lenguaje y que viven marginados por el prejuicio.
Pero más que nada, los protagonistas y los importantes en todo esto: la comunidad sorda. Aquí hay que reconocer la valentía de sordos como Edgardo Figueroa, Geño Sastre Fernandez (que ahora lo ven de intérprete en La Fortaleza), Josefina Belaval, Celimar Rivera Cosme, Aslín Díaz, José Williams y muchos otros cuyos nombres pueden llenar un libro. Esos líderes sordos son los verdaderamente importantes porque gracias a su liderato, los más jóvenes y los demás, se atrevieron.
De esa reunión se creó el Movimiento Autónomo de Sordos, que luego fue FENAPUS y de ahí siguen saliendo muchas otras organizaciones. Hoy hablar de los sordos es más común.
Por eso aprovecho este momento y les comparto este vídeo. Si tienen tiempo, mírenlo y escuchen sus reclamos. Todavía permanecen.
Apoyen a los sordos. Aprendan lenguaje de señas (eso me lo tengo que aplicar yo porque soy flojísima, lo reconozco). Apoyen al Colegio San Gabriel y a todas las organizaciones.
Lo único un sordo que pide es equidad. Piden oportunidades y que se respete su dignidad como seres humanos que son.
SRC
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