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La democracia en entredicho en Washington y Puerto Rico

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Insurrección en el Capitolio en los Estados Unidos de América.

Los Estados Unidos de América se ha convertido oficialmente en una república bananera”, sentenció un comentarista político de las cadenas televisivas desde Ciudad de México. La ironía no pasa inadvertida. Fue a los mexicanos a los que primero ofendió Donald Trump cuando los llamó violadores y criminales, algo así como decirles bananeros. Él nunca dejó de ofender a los latinos, incluyéndonos a nosotros, los puertorriqueños. Fuimos para él tan importantes como un rollo de papel con qué limpiarse. Aquella imagen tirándonos el rollo de Bounty mientras muchos de los políticos del patio se reían en medio de la tragedia y las muertes del huracán María, quedó grabada en la historia.

Hoy, muchos de esos políticos locales están inquietos. No les ha quedado más remedio que criticar lo que pasó en la capital federal, ante la mirada atónita del planeta entero. Los Estados Unidos de Norteamérica se comportó como cualquier país en rebelión interna. No fueron los “pelús” de la Universidad de Puerto Rico ni los comunistas de Cuba o Venezuela. No fueron los “negros acomplejados” como les dicen a los que reclaman derechos. No fueron los nacionalistas boricuas en los años 50. No. Fueron americanos, en su inmensa mayoría neonazis blancos (con uno que otro negro confundido y al menos dos banderas boricuas), quienes tomaron por asalto el Congreso en Washington.

Por eso a algunos de los republicanos que le cargaban la cola y le aplaudían a Trump sus sandeces desde Puerto Rico, no les ha quedado otra que criticarlo, aunque tímidamente. Johnny Méndez, Luis Fortuño y Jennifer González son ejemplos de ello. Las fotos sonriendo y abrazando a Trump, ahora le pesan. Quedan como evidencia del servilismo, de ser boca abajo, todo por rogar dádivas federales o por tener y sentirse con poder ante los boricuas bestiales.


Por eso lo ocurrido en Washington nos tiene que poner a pensar a todos en esta isla. ¿Qué representa el intento de autogolpe de estado que ocurrió ayer? ¿Qué significa para la democracia americana, y más que nada, cómo nos afecta aquí lo que ocurrió allá? ¿Cuál es el efecto directo en la colonia de Puerto Rico del caos que se vive en la capital de la metrópolis que nos domina? Si antes no importábamos, ¿qué nivel importará esta isla ante un gobierno en crisis como el que tienen los Estados Unidos?

La democracia está en entredicho allá y acá, de eso no hay duda. Allá, con un gobernante que despertó el monstruo de las desigualdades y azuzó a los racistas para que invadieran el Capitolio. Su retórica de odio catapultada en estos cuatro años por Twitter que ahora lo censuró, pero que permitió que congregara a sus seguidores, dejó un saldo de al menos cuatro muertos, 15 oficiales heridos y decenas de afectados tras los ataques al Congreso.

La mirada cómplice del oficial de seguridad mientras paseaban la bandera confederada por el Capitolio.


Pera acá también, nuestra llamada democracia está en entredicho con un gobernante que acaba de entrar, y lo primero que hizo fue entronizar el nepotismo como base de su gestión, al nombrar a su hermana como ayudante-asesora, sin supuestamente devengar un salario. Caridad Pierluisi tendrá la experiencia y goza de la confianza absoluta de su hermano Pedro Pierluisi, pero el pueblo no se llama a engaño. Nadie da nada gratis. ¿Será Cari la nueva versión de Elías Sánchez? ¿De cuántas juntas de directores de empresas que tienen contratos con el gobierno o que buscan beneficiarse del es ella miembro? ¿Su esposo, el cabildero Andrés Guillemard, cómo y cuánto se va a beneficiar? ¿Es eso democracia?

Y como si eso fuera poco, vemos otro asalto al proceso democrático con una Comisión Estatal de Elecciones que, por un lado, permite la incertidumbre electoral en un pueblo como Guánica, destruido por los terremotos y que un año más tarde de eso hechos, todavía no tiene alcalde confirmado. Por otro lado, esa misma Comisión se amarra al bipartidismo penepé-popular y quiere quitarse del medio a las minorías, por eso sacan al Partido Independentista Puertorriqueño, al Proyecto Dignidad y al Movimiento Victoria Ciudadana.

Por eso digo que la democracia está en entredicho allá y acá. Hoy más que nunca hay que reflexionar sobre lo que nos pasa y cómo estas cosas nos afectan a todos. Hay que pensar en dónde estamos. ¿Dónde quedan las estructuras de poder? ¿Por qué se entroniza la desigualdad? ¿Cuál es el castigo que se le da a los que buscan equidad o respeto? ¿Por qué es que quieren callan a los que lo señalan?


Sólo ocho minutos con 46 segundos bastó para que una rodilla de un policía presionada en el cuello de George Floyd lo matara frente a las cámaras el verano pasado. Poco importó que él imploraba por su vida, como poco importó que ayer también quedó impune lo que le hicieron al afroamericano Jacob Blake. Ayer el sistema determinó que no radicarán cargos contra los policías que le dispararon por la espalda y lo dejaron parapléjico. Eso también pasó ayer, y esa es la disparidad que se vive en la nación americana.  Una nación que basó su riqueza en el sistema esclavista, cuyos efectos con la desigualdad y la criminalización de la raza se siguen sintiendo hoy.

Es en ese ambiente que se dio el caos ayer. La frase de “La anarquía reinó en los Estados Unidos”, era el titular de primera plana en un sinnúmero de periódicos y medios en todo el mundo.


Estados Unidos de Norteamérica se convirtió en el hazmerreír de sus opositores globales, que vieron los sucesos como el principio del colapso. Rusia, China, Corea, Irán, Venezuela y otros países encontrados con los americanos lo ven como oportunidad. Inglaterra, España, Alemania y otros aliados, lo ven con preocupación. Ese faro de la supuesta democracia palidece.



Ante la mirada atónita de millones de personas en todo el mundo, turbas de republicanos irrumpieron todo a su paso, destruyeron propiedad del Estado y tomaron por asalto el Capitolio federal. Parecía más bien una escena en Chile o en Argentina, o en cualquier nación en la que se han vivido golpes de estado. Algo así era impensado en los Estados Unidos de América, pero Trump lo provocó. ¿Será esto el comienzo del fin del poder estadounidense?

Es incuestionable que fue un intento de “autogolpe incitado por el propio Trump”, como dijo el politólogo de la Universdad de Harvard, Steven Levitsky. Mientras que Joe Biden dijo que no era una protesta sino una insurrección.Lo cierto es todavía Trump tiene poder. Lo tendrá hasta el 20 de enero, cuando a regañadientes tendrá que entregarlo al nuevo presidente ya confirmado. Pero hoy apenas es 7 de enero. En 13 días muchas cosas pueden suceder, y por eso ya casi 100 congresistas demócratas apoyan el residenciamiento de Trump mediante un “impeachment”.

Mientras tanto, de hoy al 20 de enero tenemos que plantearnos ¿qué es lo próximo? ¿Por dónde vienen los tiros? Si la democraciaestá en entredicho, más vale que nos preparemos.



Para ampliar la explicación, favor escuchar el siguiente audio del programa de hoy de En Blanco y Negro con Sandra.https://anchor.fm/sandrarodriguezcotto/episodes/JUEVES-ENERO-7-La-democracia-en-entredicho-con-el-autogolpe-en-Estados-Unidos-y-la-monarqua-nepotismo-Pierlusi-en-Puerto-Rico-eolgr1

 

 


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