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| Periodista Rafy Rivera |
“Los periodistas no son estrellas. Los que se crean ‘celebrities’ van a desaparecer. Se van a quedar atrás. Están en camino a quedarse desempleados”, con esa frase lapidaria el periodista Rafy Rivera resumió uno de los principales problemas que enfrenta el periodismo contemporáneo ante los cambios tecnológicos.
El veterano periodista que desde hace más de cuatro años es el corresponsal para la cadena CNN en Español en Puerto Rico y en el Caribe, conversó sobre cómo está cambiando el ejercicio del periodismo en el mundo. Narró su transformación profesional de ser editor de un periódico a convertirse en un corresponsal televisión y de internet para una audiencia de más de 30 millones de personas en todo el hemisferio americano.
“Los periodistas no son estrellas. Esto cambió. Las audiencias piden información, pero no quieren ver la cara del reportero. Quieren ver a la persona, que te narre su situación. Quiere ver que la misma gente cuente la historia y que el periodista no sea el protagonista. Hay muchos reportajes que ni siquiera tienen a un reportero. El reportaje no es una promoción de la figura del reportero, sino del tema que cubren como noticia. El periodismo ha cambiado y el periodista que se quede pensando que va a ser igual, no va para ningún lado, dijo Rivera.
Por más de 20 años Rivera se desempeñó como reportero de deportes y fue escalando posiciones hasta llegar a ser subdirector del periódico El Vocero. Con el cambio de dueños en la empresa, y ante la realidad de que estaría sin empleo, se movió, perdió el miedo y buscó trabajo en CNN. El vídeo que envió de prueba, sobre el Zika, gustó tanto que lo pasaron como reportaje en el programa Panorama Mundial, e inmediatamente fue contratado. Rivera narró cómo pasó de la prensa escrita, cómo se adaptó a ser reportero para la televisión y la web, y de los retos que enfrentan los informadores en la era digital. La reveladora entrevista fue publicada en el vlog “Con la Bata Puesta” este fin de semana.
“A mí nunca me vas a ver bailando en un reportaje porque no se trata de eso. No eres el protagonista. Yo pongo a la gente hablar y busco todos los puntos de vista, con humanidad, sin ridiculizar”, señaló.
Llegaba a las conferencias de prensa a trabajar como reportero y también como camarógrafo. Esto provocó rechazos de muchos periodistas, quienes le criticaban porque entendían que no sólo les quitaba trabajo, sino que les mostraba a los medios que ellos no eran necesarios. Por eso hasta le negaban acceso y espacio para ubicar su cámara.
Sin embargo, algunos de esos periodistas están ahora desempleados. Rivera veía venir los cambios en el periodismo y, aunque representa precariedad para los trabajadores, en la realidad del mercado actual.
“Recuerdo una vez que llegué a La Fortaleza, y coloqué una (cámara) “go pro” en la mesa al lado de dónde estaría sentado el gobernador de entonces, Ricardo Rosselló. Y me dice un compañero fotoperidista: “no puedes hacer eso porque nosotros los camarógrafos estamos acá parados”.
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| Los periodistas Rafael Romo, Rafy Rivera y otros de la cadena CNN |
Yo le dije: “chico es que ahora yo también soy camarógrafo y hago de todo”. Coloqué una cámara y el gobernador me dejó. Coloqué mi celular en un trípode, casi detrás de Rosselló, ye fui atrás, donde estaban los camarógrafos y me dicen los compañeros: “No tienes espacio aquí para ti. Los espacios ya están cogidos”, recordó Rivera.
“Como no me dejaron espacio, busqué una silla me trepé, elevé el trípode de la cámara como 7 pies, hice un zoom y me despegué. De momento, los compañeros me preguntan ¿qué haces? Y yo les decía: Tengo tres tiros distintos como si estuviera haciendo cine. Hice tremendo reportaje, y eso les molestaba”, dijo.
Era también un problema generacional. Los periodistas jóvenes aceptaban la tecnología, pero los mayores se resistían. “Los que son dinosaurios como yo, no se adaptaban al cambio. Han tenido que hacerlo a la fuerza. Yo lo hice y ya hasta manejo un dron”, dijo.
Puntualizó que el periodista de hoy tiene que ser multifacético. Además de saber escribir y reportar, tiene que saber cómo operan los equipos técnicos. “Esto se ha transformado totalmente. El reportero que diga ahora mismo: “a mí no me toca esto”, se quedó atrás. El que diga “es que yo no sé iluminar, o conectar el satélite”, pues usted tiene que aprender o se queda atrás”, dijo.
Sin embargo, enfatizó en hacer buen periodismo, en tener todas las fuentes de la noticia, todos los ángulos. Explica que en CNN tiene un formato que, si falta una fuente sin corroboración, la historia no sale al aire. En ese sentido, enfatizó en la calidad del trabajo y en la vocación del periodismo.
“Los influyentes en las redes sociales llegaron para quedarse, pero tienen que haber más formalidad. No se trata de poner una cámara y decir tres cosas. Hay que corroborar. No le puedes quitar a nadie que use el celular, grabe y lo ponga en las redes, pero tiene que haber una responsabilidad, confirmar el dato, tener los dos ángulos. A veces las personas que no tienen la formación en periodismo no tienen esos ángulos para evitar problemas legales”, sostuvo Rivera.
“Pero en cuestión de audiencia, esos influyentes tienen una conexión con el pueblo que es buena porque ellos sabes que las audiencias quieren contenido más real, más de interés humano. Dame la realidad, lo que conecte. Hacia eso se dirige este campo”, agregó el periodista.
El corresponsal de la cadena CNN en Español apunta a que las tecnologías seguirán cambiando la manera de llevar la noticia y vaticinó una transformación radical en esta función de aquí a un año.
Sobre 2,000 plazas de periodistas y otros empleados han sido eliminadas de los medios de comunicación en Puerto Rico en las última década. En el último año y medio nada más, sobre 500 reporteros y personal de los medios han perdido sus empleos. La tendencia siguió a las pocas semanas de los terremotos y luego de que los medios tradicionales recibieran incentivos económicos por la pandemia, nuevamente botaron empleados. Las nuevas tecnologías, el movimiento digital, las redes sociales y el periodismo independiente cobran vigencia, pero enfrentan retos grandes de seguimiento por la falta de recursos y apoyo comercial. Sin embargo, la noticia continúa.