Apoyado por medios tradicionales como los periódicos Primera Hora y Metro, y transmitido en televisión por Univisión y radio WKAQ 580, el debate titulado “Convénceme, mi voto cuenta” iba dirigido a los jóvenes. Pero la juventud fue la que menos se conectó a verlo el domingo, con una exigua audiencia de apenas 1.4 en el grupo de 18 a 34 años, según Nielsen.
Esa misma noche y al día siguiente, todos los comentaristas políticos en la radio, prensa y la televisión, para justificar su presencia en esos medios y tratar de atraer las escasas pautas de propaganda electoral, crearon toda una discusión pública sobre el debate, como si ese fuera el único tema de interés. Sólo hablaban del debate y ocultaron otros asuntos que de verdad resultan ser los prioritarios para la gente.
Por ejemplo, los comentaristas casi ni mencionaron la crisis de los feminicidios, un tema que volvió a calar en la gente por el asesinato de la joven secuestrada Rosimar Rodríguez. Mientras en la radio hablaban de cuál de los candidatos políticos lució mejor y cuál convenció más, la gente se organizaba, y anoche miles de personas desafiaron el distanciamiento social y se movilizaron a protestar frente a La Fortaleza.
Ni la pandemia ni lo que decían los analistas políticos importó porque la indignación por la inacción del gobierno para detener la violencia de género pudo más, y es lo que le importa a la gente. Pero, en la radio, la prensa y la televisión los comentaristas seguían hablando de los candidatos y del debate. Es un total desface entre la realidad que vive la gente, y lo que en los medios quiere que se consuma.
Otro ejemplo son los temas de la pobreza y la desigualdad. Más de la mitad de los puertorriqueños reciben los cupones o tienen la tarjeta del PAN. El sábado la Gobernadora Wanda Vázquez, anunció que hubo un sobrante de $53 millones y que lo van a repartir a los recipientes del PAN antes de fin de mes para que no se pierda. ¿Fue esto tan importante un tema de discusión igual que el debate? No.
De hecho, la semana pasada sobre 40 organizaciones sociales denunciaron la crisis de alimentos y la pobreza infantil. Sólo el periódico El Vocero le prestó atención al tema, pero los comentaristas políticos seguían pendientes a que Charlie Delgado Altieri no lució bien, a que Pierluisi tiene anuncios, a que César Vázquez fue lento y a que los independentistas en las redes sociales se pelean entre Juan Dalmau, Alexandra Lúgaro y Eliezer Molina.
Incluso si se trata de la juventud, la discusión es superficial. Sólo dicen que más jóvenes se han inscrito para votar porque Bad Bunny sacó su tarjeta electoral. Pero, ¿cuál de los analistas que aún hoy sigue hablando del debate, pensó en lo que de verdad quieren los jóvenes? Prácticamente ninguno.
La semana pasada salió publicado en Primera Hora un artículo sobre cómo todas las universidades, (UPR y las privadas), han perdido matrícula por la pandemia. Ya sea porque no tienen acceso a Internet, o no tienen computadoras, o se han tenido que ir a trabajar, muchos millennials y centennials están abandonando sus estudios. ¿Es eso tema de los analistas? Claro que no.
En julio pasado en este blog publicamos un estudio que hicieron profesores de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, que reveló como la Brecha Digital estaba afectando la salud mental y el aprovechamiento de los universitarios. ¿Algún comentarista o alguno de los candidatos a la gobernación se preocupó en reseñar este importante análisis? Ninguno.
La realidad es que hay un desfase serio de contenido. Los medios tradicionales no acaban de entender lo que la gente busca y quiere consumir porque es lo que necesitan.
Madagascar se transmitió por Wapa, que copó las audiencias totales en el horario de 7:00 a 10:00 de la noche con 15.6 de rating. Le siguió Telemundo que tenía, entre otros programas a Exlatón, con 13. 6 de rating. Univisión que tuvo toda la promoción del debate de los jóvenes, sólo obtuvo un 8.6, según Nielsen.
¿Por qué ningún comentarista político ni los periódicos y medios tradicionales que respaldaban el debate, han sacado hasta ahora los ratings? Además, si el debate era para los jóvenes, ¿por qué no llevaron a algún “influencer” que atrae jóvenes como Chente Ydrach o Molusco?
Por ese desfase entre los medios y el pueblo, el resultado es que la más que la política, la politiquería, les apesta.