(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el domingo, 17 de febrero de 2019 - https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/borrosa-realidad/1021369003)
La noticia de que una comisión de la Unión Europea incluyó a Puerto Rico en uno de los países de “alto riesgo” por lavar dinero y financiar el terrorismo no es poca cosa. Va a la raíz de cómo nos ve el mundo: un paraíso fiscal llenos corruptos, pillos, embusteros, mala paga, ‘embrollaos’ hasta las teleras, pobres, con empleados fantasmas y sin poder levantarnos después del huracán. Esa es la imagen que se proyecta de nuestro país.
Todavía nos ofende que Donald Trumpnostirócon papel toalla como en un acto simbólico, diciéndonos que somos sucios y nos tenemos que limpiar. Para el presidente de los Estados Unidos somos un“shithole country”, un “país de mierda” como ha catalogado a otras naciones pobres y negras del mundo. Nos ve como ese tipo de escoria con la que no quiere relacionarse, y así nos trata, por eso no confía ni quiere mandar dinero para la reconstrucción porque sabe que es mucha la corrupción. Entonces ahora, para completar, también los europeos nos ven así.
Los países europeos que tienen una historia de depravación y traqueteos, ahora nos tiran porque somos territorio americano igual de corrupto, y por eso nos pusieron entre los 23 países más problemáticos que hay que vigilar porque pueden afectar sus negocios. Esa es la imagen que tienen de Puerto Rico.
Lo único que saca la cara por nosotros ahora es el arte y el deporte. Un Ricky Martin, Daddy Yankee, un Bad Bunny, y hasta un mismo Ozuna, aún con sus con sus muchos esqueletos en el clóset y relaciones con el bajo mundo, pero por lo menos, demuestran que hay talento. En el deporte una gloria como lo es la tenimesista Adriana Díaz, una Mónica Puig, el Team rubioo la entrada de Edgar Martínezen el Salón de la Fama del Béisbol nos llenó a todos de orgullo. Todos son ejemplos mundiales de que aquí hay gente decente que triunfa y por eso lo atesoramos tanto. El problema es la otra realidad, esa que no queremos admitir porque nos duele. La de que también aquí hay mucha corrupción y cómo eso nos hace tanto daño.
Vivimos entre la percepción y la realidad, de cómo nos perciben en el resto del mundo y cuál es o cuáles son nuestras realidades. No nos gusta admitir lo malo, pero ese es el primer paso para ir enmendando. Cuando la Comisión Europea anunció que Puerto Rico es de “alto riesgo” porque es uno de los que blanquean capitales y financian el terrorismo internacional, aquí rápido brincaron. El gobierno, los economistas y hasta la Asociación de Bancos rechazaronesa designación y lo catalogaron como un acto de mala fe hacia nosotros, pero veamos la realidad.
Aquí se lavaron más de $300 millones con la venta de los famosos dinares de Irak y nadie dijo nada. La moneda que se vendía aquí como inversiones, no tiene valor real, pero se vendía. Es ilegalsacarla de Irak, pero lo hacían por terceros países, y dicho por el ente regulador Financial Crimes Enforcement, este tipo de acción o mecanismo se usaba para financiarel terrorismo. ¿Alguien del gobierno local dijo algo de eso? No. Es más, el otro día salió la convicciónpor fraude a los jefes del suplidor local de dinares, pero el tema no fue portada de periódicos ni titular en la radio. ¿Sería porque eran parte del esquema?
¿Otro ejemplo? Los negocios nebulosos de las cryptomonedas. El gobierno actual comenzó impulsándolos y hasta una feria les organizó, pero tan tratado de barrer debajo de la alfombra las dudas que hay sobre el origen de algunos de los promotores de esas monedas. Algunos de esos promotoresestán imputados por la comisión de delitos como pedofilia y fraude, y muchos se mudaron de San Juan a Rincón, pero siguen provocando molestias por sus actitudes con los locales. El gobierno que los apoyaba ahora guarda silencio, pero estas noticias trascienden fueran de aquí.
Un tercer ejemplo fue lo que lo que pasó hace una semana cuando agentes del FBI allanaron el San Juan Bank International porque supuestamente hacía transacciones ilegales sacando el capital de Venezuela. Esa noticia también trascendió a nivel internacional.
Además de esos tres ejemplos está el obvio, que es el narcotráfico. Se sabe que Puerto Rico y esta esquina del Caribe (que incluye a la República Dominicana, las Islas Vírgenes y Vieques y Culebra), es una de las fronteraspara ese tráfico hacia los Estados Unidos y el mundo. Por eso la DEA y el FBI piden refuerzos.
Si tenemos todas estas verdades, entonces, ¿por qué nos rasgamos las vestiduras cuando sale un informe como el de los europeos? No quieren admitir esa realidad que luce fea, en vez de actuar para cambiarla. Jamás el DMO o Turismo tendrán el dinero suficiente para hacer una campaña que contrarreste esa realidad de lo que somos. Tenemos que combatirlo de otra forma.
Aquí debería hacerse un esfuerzo genuino para que se desarrolle más lo que nos define como nación y como pueblo. Me refiero al arte y el deporte. Nuestra cultura. Lo que se invierte aquí tiene que duplicarse porque es lo que puede contrarrestar lo demás. Lin-Manuel Miranda lo logró temporalmente cuando trajo su obra Hamilton y eso sí produjo buena proyección mediática global. ¿Pero después qué?
Pero más que eso, es urgente que se persiga a los corruptos. Hay que invertir en el aparato de justicia. Trump quiere poner a un “watchdog” a que supervise cómo se usarán los fondos de reconstrucción, pero la respuesta del gobernador Rosselló sigue siendo monga. ¿Se conforma sólo con amenazar con una demanda a Trump para que no use los fondos en su muro? ¿Y por Twitter? Please. ¿Qué más está haciendo? ¿Qué otras acciones, no palabras ni tuits está haciendo? ¿Convocó el gobierno de Puerto Rico a los medios internacionales para demostrar que lo que dicen los europeos es falso? ¿Dónde está el manejo de esta crisis? ¿Es que el gobierno no quiere tocar estos temas porque tendría que admitir que son corruptos?
En fin, tenemos que invertir en lo que sí rinde fruto. Sólo así se va a cambiar la mala percepción por aquellas realidades buenas y positivas que tenemos.