“El terrorismo sabe que causa miedo y que el miedo es noticia”
Boston = Miedo. Miedo = Parálisis. Terror = Histeria. Es todo parte de una estrategia bien concertada que utiliza a los medios de comunicación masiva como la prensa, radio, televisión y cable TV, y potencia el mensaje con el eco que generan las imágenes, la especulación y los comentarios imparables en las redes sociales. El terrorismo sabe cómo manipular el miedo colectivo usando los medios masivos.
Es igual si se trata de terrorismo interno o lleve el nombre de al-Qaeda, ETA, McVeigh o cualquier loco que entre a tiros en lugares públicos. Se genera el mismo pánico porque el terrorismo sabe cómo provocar ansiedad en la población y mantener en vilo a la gente con la incertidumbre de desconocer qué es lo que en realidad acontece y como poder controlar su entorno. Los actos terroristas que ocurrieron en la tarde del lunes durante el Maratón de Boston demuestran precisamente eso: una estrategia bien pensada para generar miedo. Es una estrategia del terror.
El difundir el terror es la primera lectura en un análisis desde el punto de vista de la comunicación de los eventos que mantienen, aún hoy, a la sociedad estadounidense y a gran parte del mundo en profundo estado de ‘shock’.
La táctica que emplean es la repetición. Por eso es que una de las metas constantes de los terroristas en todo el mundo es que sus acciones aparezcan como el centro de atención en los medios de comunicación. Es parte de la propaganda que utilizan para llevar su mensaje. En ese sentido, el terrorismo en sí se convierte en un acto de espectáculo y en un mensaje a la vez porque los espectadores no se pueden despegar de sus televisores viendo la noticia una y otra vez, mientras que los terroristas logran el objetivo de mantener el nivel del miedo colectivo con cada repetición de una imagen.
La segunda táctica es crear la noticia. El terrorismo sabe que causa miedo y que el miedo es noticia. Y la noticia de un acto de terror se cubre sin parar y el ciclo no se detiene. En este caso de Boston, como en otros, se reportó que hubo una explosión y comenzaron a relucir vídeos de las explosiones, y salían imágenes de gente herida, reacciones de corredores, luego las conferencias de prensa de la Policía, el presidente Barack Obama, comentarios de congresistas, relatos de personas que presenciaron los hechos, especulaciones de cuántos muertos habían, alza en seguridad en otras ciudades en Estados Unidos y el mundo, fotos de un hombre en un tejado en el edificio donde explotó la primera bomba, el efecto en la Bolsa de Valores que bajó sobre 250 puntos… En fin, noticia tras noticia sin parar.
Lo irónico en todo esto es que periodistas y gobiernos intentan calmar los miedos colectivos proveyendo información, pero logran lo contrario. Al repetir constantemente los hechos, aumenta el miedo. La lógica enfermiza de los terroristas basa sus mensajes en imágenes de horror.
Además del miedo y las imágenes, la otra táctica que emplean los terroristas para que su mensaje cale en la sociedad es provocar la especulación que se va generando en el proceso. Mientras no hay información oficial que corrobore cómo, quién hizo los abominables hechos y el porqué, en los medios noticiosos empiezan a especular posibles causas y en las redes sociales se publican toda suerte de teorías.
“Los terroristas intentan modificar nuestro comportamiento provocando miedo, incertidumbre y división de la sociedad”, dijo en una ocasión Patrick Kennedy. Lo logran con estrategias de comunicación y por eso los gobiernos tienen que contrarrestar con sus propias estrategias de comunicación bien pensadas. Después de todo, las emplean a diario para llevar sus agendas.
Esta columna fue publicada en El Vocero - 17 de abril de 2013 - http://www.vocero.com/comunicar-terror-opinion/