José Celso Barbosa, prócer estadista |
Mientras la mayoría de los penepés en Puerto Rico están más pendientes a la contienda entre Ángel Pérez y Carmelo Ríos por la alcaldía de Guaynabo porque representa una lucha de poder al interior del partido, hoy pasa sin pena ni gloria el natalicio del supuesto prócer de la estadidad, José Celso Barbosa.Lo llamo “supuesto prócer” porque si de verdad fuera reconocido y respetado por los propios estadistas, hoy, 27 de julio de 2017, Barbosa sería el único tema o el tema principal en la discusión pública. ¿Por qué no pasa? Porque no lo celebran, no conocen su historia y mucho menos, lo reconocen. Es otro negro más olvidado en la historia de Puerto Rico.
Como el 27 de julio ya no es un día feriado gracias a los populares, el acto oficial será “en la oficina” como dijo el Gobernador Ricardo Rosselló. Aunque, a decir verdad, también se aguó el acto de los populares del 25 de julio por la pugna Yulín vs. Héctor Ferrer, y ni los independentistas se acordaron públicamente de los asesinatos en el Cerro Maravilla en el 1978 ni de la invasión americana en el 1898. Menos de 20 personas asistieron al acto de recordación en Guánica. Es que al puertorriqueño promedio no le importa su historia, y por eso, siempre repite los mismos errores. Triste, porque vivimos en momentos críticos que requieren de ese contexto para saber nuestro valor como pueblo, y nuestra historia, en todos los vertientes.
Por eso yo, sin ser estadista, celebro hoy a José Celso Barbosa.
Celebro la vida de Barbosa, como celebro las vidas y legados de todos los próceres negros porque han sido, sin la menor duda, los puertorriqueños más importantes en nuestra historia.
Betancescomo padre de la patria, Albizu Campos como líder indiscutible de la lucha y la dignidad ante el imperio, Ramos Antonini por la creación de idearios políticos, Campeche por ser nuestro primer gran artista, Corderopor ser el primer gran maestro, y así sucesivamente hasta llegar al deporte con un Clemente, a la medicina moderna con una Ana Judith Román como neuróloga, y así en todas las facetas de nuestra vida. Los afrodescendientes tenemos una herencia importante y fuerte. Hay que honrarla, y más que nada, defenderla. Se defiende, educando y señalando el olvido en días importantes como hoy, que no pueden pasar inadvertidos.
Por eso es hoy me sentí indignada al navegar desde temprano en las redes sociales y en los medios noticiosos del país y no ver nada sobre la vida del prócer estadista.
Ni siquiera porque nos acercamos a la Semana de la Prensa, vi nada de Barbosa. Es que los primeros que desconocen su historia, por desgracia, son muchos (no todos) periodistas. No saben que el primer periódico bilingüe en Puerto Rico lo fundó Barbosa. Era el periódico El Tiempo, y fue en el año 1907, apenas cinco años después que se fundó la Universidad de Puerto Rico.
Y entonces, ¿qué se celebra hoy? Hoy se celebra el legado de este afrodescendiente al que los miembros del Partido Nuevo Progresista recuerdan sólo en momentos cada vez más escasos.
Así que para los que no lo saben, les informo que Barbosa nació un día como hoy en el año 1857 en Bayamón. Fue el primer puertorriqueño negro en asistir al prestigioso Seminario Jesuita de Puerto Rico, y después de graduarse del seminario, ofreció tutorías a estudiantes privados para ahorrar dinero y poder asistir a la Universidad de Michigan, de donde se graduó de médico en el 1880. Ironías de la vida que Barbosa, siendo negro, se convirtió en médico a tan sólo siete años de que en Puerto Rico se aboliera la esclavitud, en el 1873. Esto apunta a su tenacidad, inteligencia y valentía, sin duda.
Pero como para esa época todavía Puerto Rico era colonia española, y creo que por el discrimen innato, a Barbosa no le reconocieron el título porque no se había graduado de una universidad europea. Él había regresado a Puerto Rico a instalar su práctica médica y sólo pudo hacerlo cuando intervino el cónsul americano en Puerto Rico para que le reconocieran su grado. Cuentan los historiadores que saben que Barbosa fue precursor de lo que luego fue un sistema de seguro médico al promover que los patronos pagaran un honorario por las futuras necesidades médicas de sus empleados.
Barbosa también fue cooperativista, y colaboró con Santiago Andrade en la fundación de una de las primeras cooperativas en el país. Pero se le reconoce más por su legado en la política.
Barbosa comenzó en el Partido Autónomo con Román Baldority de Castro, pero se separó y fundó el Partido Republicano en el 1899. Fue exactamente un año después de la invasión americana a Puerto Rico que fue parte – o pretexto – de la Guerra Hispanoamericana. Su Partido Republicano defendía y al día de hoy continúa defendiendo la estadidad. Por eso es que a Barbosa se le conoce como el “padre del movimiento estadista” para Puerto Rico. Fue senador en el 1917 y murió en septiembre del 1921.
Hoy han pasado 96 años de la muerte de Barbosa. No somos estado como él quería, pero vivimos un momento coyuntural en nuestra historia, con una Junta de Control Fiscal encima que sé que impondrá un “Carimbo a los negros en esta crisis”, y en el que se sigue perpetuando el discrimen hacia todos, especialmente a las clases más desventajadas, que suelen ser los afrodescendientes. Evidencia de eso lo vemos en casos como el de la nenita de 11 años que enfrenta un proceso judicial en Carolina, como escribí en una columna en abril, “Porque es pobre y negra.”
Me niego a aceptar que se siga reproduciendo el discrimen y el prejuicio por omisión. Esa falsa ideología de decir que “todos somos iguales” o que “no hables tanto de los negros” o “la gente sabía que era negro pero eso no importaba” lo que hace es limitar la importancia de muchos puertorriqueños ilustres. Por todas esas razones, y por muchas más, conmemoro hoy la vida de José Celso Barbosa. ¿Y tú?