Ya lo dijo el exmonitor federal de la Policía “Yo no votaría jamás por Villafañe”. Así piensan muchos. Entonces, ¿cómo lograrán posicionarlo en el equipo de JGo?
Rosselló y Villafañe
SUBSTACK
Jennifer González es una fuerza política indiscutible. Aunque en las primarias haya ido mucha menos gente a votar, y hay cuestionamientos con el escrutinio, no cabe duda de que ella barrió. Sepultó políticamente al gobernador Pedro Pierluisi, con todo y que él tenía casi tres veces el presupuesto que ella. Después de todo, JGo jamás ha perdido una contienda electoral en su larga carrera política. Pero eso es ella, quien será su compañero de papeleta, el que ella no escogió, es otro cantar. William Villafañe no es lo que ella quería, pero se lo tiene que tragar.
JGo lo sabe. Por eso rápidamente las movidas públicas. Primero, el Capitán América, Elmer Román, se unió a Villafañe en una rueda de prensa. Días después fue ella, que también se reunió con el que será su compañero de papeleta porque hay que dar la impresión de que el Partido Nuevo Progresista está unido. Saben que la candidatura de Juan Dalmau en la Alianza PIP-MVC está fuerte, que tiene respaldo de varios centros de poder en Washington y en varios puntos en los Estados Unidos.
Pero entonces, vino el bofetón de realidad. Esa verdad irrefutable que les golpea la conciencia a los fanáticos porque no tienen con qué contestarlo. Ese bofetón lo dio desde Washington, quien único ha dicho la verdad hasta ahora: Arnaldo Claudio.
El exmonitor federal de la Policía fue el único que dijo abiertamente la que hay. En un tuit (así le llamo, aunque la red social ya no sea Twitter sino X), Claudio escribió que no puede apoyar a Villafañe porque sabe quién es en realidad. Sabe de la pata que cojea. Sabe que fue quien arrastró de regreso al que pueblo botó, Ricky Rosselló.
“Jamás apoyaré la candidatura de Villafañe. Conozco los requerimientos que se necesitan para hacer un trabajo de altura en el Congreso y (él) no los tiene. Como estadista me preocupa. Yo no tengo que jugar el juego político y ese es mi parecer. Perdimos. De hecho, Pablo José Hernández Rivera es una mejor opción”, sentenció Claudio. Boom.
Cuando leí ese mensaje llegó a mi mente la frase de aquella bachata de Héctor Acosta “se muriooooo”. Lo mató con ese tuit. Un exmilitar super estadista y asiduo de los círculos de poder en Washington como lo es Claudio, llegó más lejos y osó decir que el candidato popular Hernández Rivera es mejor que Villafañe. De nuevo: “se murioooo”.
Claudio también ha dicho varias veces que Juan Dalmau y la Alianza tiene posibilidades y podría ganar las elecciones. ¿Por qué habla así de gente que no son de su ideal?, es la pregunta. ¿Qué sabe Arnaldo Claudio de Hernández Rivera y de Dalmau que el pueblo no esté enterado o no quiera enterarse? Desconozco. Lo que sí sé es que el miedo o la preocupación, mueve masas y Villafañe lo sintió.
Por otro lado, Claudio ha dicho que Villafañe no habla el suficiente inglés para defenderse con soltura en la actual coyuntura en Washington. Al menos, no puede hacerlo como Román. Tampoco tiene sus conexiones. El ambiente en la capital federal está bien complicado para Puerto Rico, y si Trump gana, será peor.
Además, allá “the powers that be” en Washington saben que Villafañe es del team de Rosselló, un indeseable para muchos. Saben también que el senador fue quien trajo al exgobernante al cierre de campaña de Pierluisi a bailar la macarena.
Así que, ante ese panorama, Villafañe se movió. Llamó de inmediato a Claudio, quien también lo publicó en sus redes sociales: “Tengo que dársela al Sr. Villafañe. Muy respetuosamente me llamo y tuvimos un diálogo. Gracias”
Entonces, tiraron la bomba. Dicen que es como un “Valencia Parte 2”. Era viernes a una de la tarde, cuando la presidenta de la Comisión Estatal de Elecciones, Jessika Padilla, dejó en suspenso los resultados de las primarias porque reconoció errores en la divulgación que totalizan miles de votos. Identificaron al menos 121 actas: 91 del PNP y 21 del PPD en las que los resultados que se divulgaron públicamente discrepan de los recibos que imprimieron las máquinas de escrutinio electrónico.
¿Se robaron las elecciones? Preguntó la gente afortunada que tenía electricidad y no eran víctimas de Luma o del caos que hay en sitios como en Guánica, donde hay familias sin vivienda hace tiempo. Ya no hay certeza ni credibilidad en la CEE y lo que allí se determine, será materia de amplia discusión pública en los próximos días. Lo importante es entender cómo Villafañe logrará conquistar a los que no lo quieren.
Comenzando por admitir que, para ser estado de verdad, aceptado y respetado por los americanos como dice el cabildero de Washington Javier Ortiz, en Puerto Rico tiene que darse un proceso de asimilación, aculturación e integración. Todo lo que Villafañe se niega a aceptar, y dice ser estadista. Rivera Hernández dice que es una fantasía creer que Puerto Rico será estado hablando en español y con soberanía deportiva.
“¡No hay estadidad jíbara! Eso es un disparate. Está en la Constitución de los USA y que sepa yo, nadie llamado Moncho, Gustavo o Eustaquio ayudó a escribirla. Si vamos a DC abogar por la estadidad hay que empezar con la seriedad que esto amerita”. Chúpense esa en lo que se monda la otra, dijo Claudio en otro tuit.