Van 53 periodistas aseinados en Gaza, y casi otros 45 en el resto del mundo. En Puerto Rico es por la suplantación de periodistas por cabilderos y las campañas de descrédito
Hay un refrán que dice que la primera víctima en una guerra la verdad. Los bandos militares imponen sus tácticas y formatos de como ir moderando la información para manipular las masas con aquello que a los gobiernos les interese comunicar. Por eso es que la verdad desaparece. Y la primera forma en que se mata la verdad, es sacando del medio a los periodistas.
En Gaza en mediante el asesinato. En toda América también es por el asesinato, y por otras tácticas. Acá en Puerto Rico, es por la suplantación y la persecución de periodistas mediante expolíticos y cabilderos que ocupan los espacios en los medios para regar su propaganda y que la gente se confunda pensando que son noticias.
Pero la violencia aquí puede venir en cualquier momento, porque las condiciones ya están listas y se han venido preparando para eso. Se ha generado un odio hacia la prensa que pregunte y viene un año electoral. Recordemos aquellos que en el chat de Telegram decían que se sentían “trigger happy” y querían entrarle a tiros a gente, son los que ahora ponen a comentar la noticia como si fueran intelectuales o profesores en WKAQ o en NotiUno, en Telemundo, en Wapa o en Teleonce. Matan la verdad para confundir.
A eso se le añaden los intentos por cerrar acceso a la información y obligan a periodistas acudir a los tribunales para buscar información importante que la gente tiene derecho a conocer, pero que el gobierno quiere ocultar. En días recientes el Centro de Periodismo Investigativo acudió pidiendo información sobre alquileres a corto plazo, y hay otros reclamos de programas de TV para información sobre hospitales y el uso del Plan Vital de Salud.
Aquí rápido activan a los equipos de trolls en las redes sociales para masacrar periodistas, algo que analicé en detalle en mi libro “Para entender los medios de comunicación en Puerto Rico”, publicado en febrero, junto a los profesores Federico Suberví y Jairo Lugo Ocando. Todavía aquí no ha entrado de lleno el uso de la Inteligencia Artificial para destruir reputaciones, perseguir periodistas y manipular gente, pero se anticipa que para el 2024 puede venir.
Lo que nos obliga a pensar seriamente en los peligros que enfrenta el periodismo porque los poderes políticos quieren silenciar a los que informan y fiscalizan. Reitero, que en sitios como aquí los persiguen, pero en otros, los matan. Por eso ya se sabe que este 2023 ha sido horrible para la prensa en todo el mundo.
En el conflicto en Gaza, por ejemplo, un sinnúmero de valientes periodistas han estado informando bajo unas condiciones extremadamente peligrosas y los están matando con francotiradores, uno a uno. Van más de 53 periodistas palestinos muertos desde que comenzó el ataque de Hamás hace casi dos meses, y la retaliación sin precedente del gobierno sionista sobre Palestina, que ya es señalada como genocidio de 15,000 muertos, entre éstos casi 5,000 niños.
Aunque se decretó un cese al fuego de cuatros días para lograr un intercambio niños y ancianos que fueron secuestrados cuando Hamás invadió territorio israelí intercambiados por niños y adolescentes que Israel tenía encarcelados, lo cierto es que la destrucción en Gaza es casi total. El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dijo que una vez pase ese alto al fuego, la violencia continuará hasta que “borren” a los palestinos.
Incluso a los mismos judíos que fiscalizan, como al periódico israelí Haaretz, le van a imponer sanciones como penalidad por su cobertura crítica de la guerra. Por cierto, Haaretz fue el medio israelí que en informó en abril que el hijo de Netanyahu, estuvo en Puerto Rico de la mano del criptomagnate que se presentaba como “embajador de Puerto Rico en Israel”, Brook Pierce. Aquí en Puerto Rico ningún medio corporativo se atrevió a publicar esa nota, que sacamos En Blanco y Negro. En otro ejemplo de cómo se oculta la verdad.
Así que estos ejemplos nos demuestras que todo vaticina una mayor persecución, un ambiente peligroso y más muertes de reporteros, denunciaron hace dos días los veteranos periodistas estadounidenses Amy Goodman y Dennis Moynihan, de Democracy Now.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, este ha sido el año más mortífero en la historia del periodismo desde que empezaron a recopilar datos en el 1992. Han contado 46 periodistas palestinos muertos, 4 israelíes y 3 libaneses muertos, 11 heridos y 3 siguen desaparecidos en ese conflicto.
Reporteros sin Fronteras (RSF) incluso denuncia que hay francotiradores buscando a periodistas cuando van a hacer una transmisión, para matarlos. Casi siempre son corresponsables o periodistas independientes como le pasó a la periodista Ayat Khaddura. Ella y su familia murieron en un ataque israelí y se escucha en el último vídeo decir “Este puede ser el último video para mí”, mientras lloraba.
El Barómetro del Periodista que hace RSF en tiempo real tiene a 43 periodistas que han sido asesinados desde enero y hay 515 detenidos. Prácticamente en todos los países ha habido problemas.
La limitación a la información ha aumentado en lugares como sucedió en las elecciones en Argentina donde no había libertad para hacer una cobertura, o en Nicaragua donde apresan a los periodistas o tienen que salir huyendo del país. En El Salvador, Bukele abiertamente los amenaza y ya algunos medios se han mudado para poder reportar.
Los periodistas exiliados siguen alza en países
como Bolivia, Colombia, Paraguay, Ecuador, Brasil, mientras que, en otros en
Centroamérica, como Guatemala, el hostigamiento viene por vía legal. Allí, por
ejemplo, le fabricaron un caso de lavado de dinero al periodista José Zamora, editor de “El Periódico”, quien era crítico del
gobierno de Alejandro Giammattei, y lo condenaron a seis años de cárcel. El
caso fue apelado y anulado en junio.
En la República Dominicana usaron el sistema de espionaje israelí Pegasus para interceptar el teléfono de la veterana periodista investigativa Nuria Pieras.
A esto hay que añadir la censura previa que es lo que más está ocurriendo en la prensa en los Estados Unidos, y por ende, Puerto Rico. Como gran parte de la información viene de medios cuyos dueños en su inmensa mayoría son judíos, se matiza lo que se informa, casi siempre a favor de Israel. Esto ha provocado polémicas internas en salas de redacción.
Puerto Rico no está ajeno y ya estamos viendo algunas de estas prácticas. Lo que hay que evitar son las agresiones, y ataques porque esto lo que busca es que la gente tenga miedo y no se informe, mientras los que estén en el poder, siguen robando.
Cuando el periodismo está bajo asedio, no sólo se afecta el periodista. Se afecta todo el pueblo que no se informa con veracidad lo que acontece.