El multimillonario inversionista demandó a quien fue su mano derecha y su familia, acusándolo de fraude, malversación y enriquecimiento injusto bajo un “R.I.C.O. Act” (Documento)
En tiempos felices, Fahad Ghaffar y John Paulson |
Acaparaban
las portadas o primeras páginas de periódicos, con fotos a colores y noticias
positivas. Los proyectaban como la cara de los inversionistas que habían
llegado a levantar la economía de Puerto Rico, y ellos se presentaban como los
más cercanos amigos y colaboradores. Así tenían encantados a gran parte del sector
empresarial, económico y al gobierno, anunciando nuevas inversiones y proyectos
de lujo como hoteles y viviendas. Pero de un tiempo a esta parte, creció la desconfianza
y la fricción, vínculos a casos de corrupción como el que provocó el arresto de
la exgobernadora Wanda Vázquez, y de esos y otros problemas, surgieron las acusaciones
y el odio.
Ahora
el multimillonario inversionista en fondos de capital estadounidense John
Paulson, demandó a su exsocio paquistaní Fahad Ghaffar por la friolera de
$189.6 millones, acusándolo de haber cometido fraude, malversación de fondos,
enriquecimiento injusto y otras ilegalidades.
La
demanda de 74 páginas se radicó ante el Tribunal Federal e incluye 21 causas de
acción contra Ghaffar por haber desarrollado fraudes y estafas para desviar el
dinero de las empresas Paulson para su propio beneficio. También lo acusan de enriquecer
a amigos y familiares.
Además
de Ghaffar, Paulson demandó a varios de sus parientes como su esposa Glendaliz
Acevedo, su suegro Glen Acevedo, sus hermanos Amir Ghaffar, Saira Ghaffar y
Frah Vayani, así como a su asistente personal, Nerissa aponce. La demanda incluye
además a una serie de corporaciones asociadas a Ghafar a sus familiares.
Entre
todos, según la demanda, se creó una “empresa criminal conjunta” bajo la ley
federal conocida como “R.I.C.O. Act” ó el “Racketeer Influenced and Corrupt
Organizations Act” (Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión
Criminal, en español).
La demanda incluso alega que Ghaffar representa un riesgo de fuga y que ha planificado huir de Puerto Rico.A Paulson lo representa la reconocida abogada y exfiscal federal María Domínguez.
Ghaffar había sido despedido el pasado 31 de julio de las empresas de Paulson en la isla, y le prohibieron a empleados comunicarse con él. Luego comenzó una campaña de insultos entre mutuos, y tal y como revelamos en ¡Ey! Boricua el pasado 6 de septiembre, Ghaffar demandó por $50 millones a Paulson alegando que fue víctima de fraude y engaño. La semana pasada Paulson solicitó a la juez federal Camille Vélez que desestimara esa demanda de Ghaffar.
Queda pendiente otro pleito a nivel estatal en el que Ghaffar
acusó a Pauslon de sacarlo del negocio en un esquema corporativo. Esa otra
demanda está ante la sala del juez Anthony Cuevas en el Tribunal de Primera
Instancia en San Juan.
LUJO Y LA FAMOSA BODA
Paulson
alega en su demanda que Ghaffar tenía un estilo de vida “extravagante” y que
junto a su esposa, desviaban fondos para sus negocios o el de sus familiares. Esta
fue la conclusión a la que llegaron después de una investigación interna de
Ghaffar, quien en el 2013 empezó a trabajar como analista de Paulson y fue
escalando hasta ser su más cercano colaborador.
Se
alega que la esposa Glendaliz y sus hermanos Amir, Saira y Farah crearon múltiples
corporaciones que se convirtieron en los suplidores de bienes y servicios a todas
las empresas de Paulson. En el esquema que montaron, inflaban los costos, por
lo que recibían mayores comisiones.
Paulson
alega que además del desvío de su dinero hacia los parientes de Ghaffar, todos
gastaban en viajes a islas exóticas en el Caribe en jets privados, o solían
comprar en tiendas de lujo como Chanel y Louis Vuitton.
En
otras ocasiones, compraban muebles o pagaban niñeras o se hospedaban en uno de
los hoteles de Paulson, el exclusivo St. Regis Bahia Beach Resort, a donde
llegaban en limusina. Los Ghaffar después pasaban las facturas de esos gastos extravagantes
a los negocios de Paulson.
Fue
precisamente en el St, Regis Bahia Beach Resort donde se celebró la boda entre
Ghaffar y Acevedo, a un costo de sobre $300,000. En esa boda asistió la
exgobernadora Wanda Vázquez, y fue donde se organizó la supuesta conspiración
que hoy pesa en su contra nivel federal. Se alega que la mandataria se sentó en
la misma mesa con presidente de Bancrédito International, Julio Herrera Velutini
quien se comprometió a apoyarla en su campaña a la gobernación si ella despedía
al entonces comisionado de Instituciones Financieras, George Joyner.
Ghaffar
no fue acusado junto a Vázquez Garced, Herrera Velutini y el exagente federal
Marc Rossini, pero se establece que es el “Incividuo C” en el pliego
acusatorio.Además, hay que
recordar que se le imputó a Ghaffar haberle regalado el lujoso automóvil BMW al
exjuez y esposo de la exgobernadora, Jorge Díaz Reverón. Ghaffar lo negó.
PROBLEMAS RECIENTES
A
principios de septiembre, en este medio dimos a conocer un vídeo
que se compartía entre conocidos empresarios, inversionistas de Ley 60 y
banqueros que se tituló “El
verdadero Fahad”. Era del 2019 donde Ghaffar pateaba mesas, rompe sillas,
baila y se reía de modo burlón en el restaurante STK en el Hotel Vanderbilt en
el Condado.
El
vídeo salió un día después de que Ghaffar demandó
a nivel federal
a su exjefe Paulson y a sus empresa PRV Holdings por $50 millones. Eso fue
reseñado por la prensa internacional incluyendo medios como Bloomberg y Page Six entre
otros.
Paulson
llevaba tiempo buscando distanciarse de quien fue su mano derecha por más de 10
años. El 4 de agosto este
medio publicó que Paulson despidió a Ghaffar de manera fulminante y emitió
un memorando a todos los empleados de sus distintas empresas, lo cual sacudió a
la industria automotriz.
El 7 de agosto continuaron
las polémicas públicas cuando Paulson volvió a advertir que ninguno de sus
empleados podía contactar a Ghaffar.
En una carta que Paulson mismo circuló entre todos
los gerentes ejecutivos de sus negocios, según una copia obtenida por este
medio, se reiteró la prohibición de tener contacto con Ghaffar. Esta orden se
aplicaba a los gerentes de negocios, como los concesionarios de vehículos
AutoGrupo, Benítez GM, Alberic GM y Gómez Hermanos, así como a los hoteles
Condado Vanderbilt Hotel, La Concha Resort, Condado Ocean Club y St. Regis
Bahia Beach Resort and Golf Course; y a propiedades como American International
Plaza, 270 Muñoz Rivera Avenue, Ocean Drive Residences y Vanderbilt Residences.
La comidilla entre los empresarios de las industrias
hoteleras y automovilísticas desde entonces han sido las múltiples
controversias en las que Ghaffar se ha visto envuelto. Se menciona
insistentemente lo ocurrido en una fiesta organizada por el productor Francisco
“Paco” López, donde se alega que Ghaffar comenzó a insultar y menospreciar a
los puertorriqueños haciendo referencia a sus genitales. Esto desencadenó una
pelea en la que Ghaffar recibió un puñetazo en la cara por parte de un
empresario puertorriqueño.
Ghaffar mantenía vínculos constantes con otro
inversionista llamado Ali Sattar, quien el 4 de agosto de 2021 fue arrestado en
estado de embriaguez por chocar un automóvil y la patrulla del coronel José
Juan García, Comisionado de Policía Municipal de San Juan. Sattar arrojó un
nivel de alcohol en sangre de 0.24 y además no tenía licencia de conducir,
según reportó en ese momento los medios Tu Noticia PR y Noticentro 4.