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¿Cómo se llama la obra? Puerto Rico

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En un país tropical permiten escuelas que son cajones con techos bajitos, sin ventanas ni ventilación cruzada - Columna semanal en !Ey! Boricua



Esta semana mataron a dos un tribunal, y a los jueces los premiaron con aumento de sueldo. Estudiantes de Carolina y Cataño asfixiados por el calor protestaron, y la secretaria de educación les dijo: “compraremos abanicos”. Ahora ella se apresta a que la confirmen en el puesto. Viene un posible cierre de los hospitales HIMA, quebró el San Jorge, hay caos en el Recinto de Ciencias Médicas y las aseguradoras admitieron pérdidas, pero el gobernador Pedro Pierluisi dice que todo está bien y no hay crisis en salud. ¿Cómo se llama la obra? Puerto Rico.

Sí, suena como un chiste, pero no lo es. Esta semana nos golpeó a todo el pueblo en la cara lo que nos pasa en Puerto Rico. Aquí se premia la mediocridad porque la corrupción nos quiere brutos y dóciles. Que nadie hable, que nadie proteste, que nadie señale mientras se premian entre sí y siguen destruyéndolo todo.

Y por esa corrupción que nos asfixia como pueblo, es que vemos que cuando vienen cosas distintas, hay que atacarlos. Pasó en la educación, pasó política y pasó en el ambiente.

Por eso tenemos que repudiar lo que hemos visto en la televisión y escuchado en la radio esta semana.  Las voces de gente defendiendo a los jueces y sus aumentos, mientras que a los alguaciles y secretarias los tienen como peones. Vimos a esos jueces y a sus portavoces defendiendo lo indefendible.

Es obvio que la inmensa mayoría en el sistema de justicia se cree intocable y arrastran los pies en los casos.  Esa parsimonia es criminal y la sangre que corrió también mancha a los jueces. Sí, fue un ciudadano el que mató a dos hermanos frente todos en el Tribunal de Caguas, pero el verdadero culpable es el sistema por tardarse en resolver. Tan culpables son los jueces como el que disparó y cegó la vida de esos dos hermanos.

Por la corrupción maldita vemos como quieren embrutecer al pueblo. Destruyen la Universidad, para que no se preparen. Politizan lo que fue la joya de la corona, o sea, el Rencito de Ciencias Médicas, para que no tengamos un sistema real de salud pública. Convierten al Departamento de Educación en el banco de los corruptos, porque sólo están pendientes a los millones en contratos y poco les importa la educación.

Por eso tenemos que señalar la valentía de los estudiantes de las escuelas Gilberto Concepción de Gracia en Carolina y Francisco Oller en Cataño, que protestaron junto a padres y maestros porque con los calores de sobre 110 grados no hay manera de coger clase. Aquí deberían meter preso a los contratistas que hicieron esas escuelas y a los funcionarios que las permitieron.

En un país tropical permiten escuelas que son cajones con techos bajitos, sin ventanas ni ventilación cruzada. Construyen como si viviéramos en Canadá o en Alaska para obligar a tener aire acondicionado, entonces Luma se lleva la luz y no hay plantas. Pero entonces la flamante secretaria Yanira Raíces promete resolver con abanicos. ¿En serio? ¿Por qué mejor ella no mueve sus oficinas allí y muden las escuelas a su oficina en Hato Rey? Hay parking y aire.

Esta misma semana un grupo diverso de personas que llevan casi tres años cogiendo macanazos, y especialmente las mujeres, patadas, golpes, y arrestos por parte de la Policía, hicieron historia. El Campamento Carey formalmente presentó ante las agencias y el tribunal una propuesta para limpiar y arreglar la destrucción que dejaron los vecinos de Sol y Playa en Rincón, y que se niegan a arreglar. Una destrucción ambiental que incluyó el robo de los bienes de dominio público por mucha gente rica y poderosa, entre los que estaba el hoy convicto federal por corrupto, Walter Pierluisi. O sea, el intento de robo y la destrucción que dejaron, que lo arreglen otros.

Esta misma semana el Tribunal de Apelaciones reiteró a Primera Instancia en el rechazo a las candidaturas coaligadas, validando la constitucionalidad de los artículos del Código Electoral que prohíben la alianza de candidaturas comunes entre los partidos políticos. Es decir, la rama judicial se unió a los partidos que siempre lo han controlado todo, el Nuevo Progresista y Popular Democrático, para evitar que el Partido Independentista y Victoria Ciudadana ofrezcan una alianza a los electores.

Y esta misma semana el Proyecto Dignidad cogió su agüita porque están en la mirilla del PNP. Thomas Rivera Schatz y Jennifer González ya dijeron abiertamente que quiere recuperar esos votos de los conservadores de vuelta.

Vivimos en un sistema donde se premia la mediocridad. La corrupción nos quiere dóciles y brutos para ellos poder seguir robándonos a todos en la cara. Ya basta. Esto no se puede permitir más. Esto no es una obra ni es un chiste. Esto es Puerto Rico.


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