Reclaman que gobierno federal imponga un monitor para que vele el uso adecuado del dinero y evite la corrupción que hay en ASES con el Plan Vital, cuando vienen millones de dólares en camino
Un monitor federal para ASES, ese es el reclamo que se gesta sobre la salud de 1.3 millones de boricuas.
Hasta el jueves, el miedo era que no hubiera el dinero. Eso se subsanó cuando finalmente se supo que el cabildeo en Washington rindió frutos. Se asignarán $19,000 millones en fondos Medicaid para los próximos cinco años. Eso es más o menos $3,800 millones por año, que unido a lo que aporten de fondos estatales, debe dar y sobrar para pagar el Plan Vital. La promesa del secretario de Salud y presidente de la Junta de Administración de Seguros de Salud (ASES), Carlos Mellado, es que eso ayudará a dar estabilidad a la industria de salud, a retener médicos y le ahorrará cientos de millones de dólares al gobierno de la Isla.
Pero el problema es la corrupción y hay que apalabrarlo. Los secreteos, el favoritismo y las acciones dudosas que no se dicen públicamente, pero que todo el mundo sabe que están ocurriendo, tiene a muchos preocupados. Después de todo, esa es la angustia de todos. La crisis real entre los proveedores está ahí porque persiste la noción de que el gobierno trabajó sólo a favor de las aseguradoras y no de los demás sectores. Al final, el que se afecta es el paciente.
Esas dudas son las que mueven a que desde la misma semana pasada se iniciaran esfuerzos y cabildeo en Washington, con varios congresistas y con el regulador CMS, para que pongan a un monitor federal en la ASES.
La desconfianza es real y palpable, por más reportajes de imagen y anuncios publicitarios que pague Salud o ASES. Esa percepción no la van a poder cambiar. La corrupción es real y aumenta con las actitudes del propio Mellado y de la directora de ASES, Edna Marín, a sólo días de que venza el contrato vigente del Plan Vital.
Lo que buscan – y repito, ya iniciaron cabildeo con congresistas – es que se establezca una figura parecida al monitor federal que opera en la Policía. Allá fue por una reforma del Departamento de Justicia Federal que determinó que en la Policía de Puerto Rico se violaban los derechos civiles a los ciudadanos por brutalidad policiaca, y hacía falta educación y supervisión de los policías. Entonces nombraron a un monitor cerca del 2013 y hasta ahora ha habido dos monitores: Arnaldo Claudio y el actual, John Romero. Este proceso no ha detenido los problemas en la Policía, pero si ha cambiado los enfoques.
Para todos los efectos en Puerto Rico, como colonia de los Estados Unidos, ahora mismo hay sindicatura en Educación, en Corrección y hasta en el gobierno con una Junta de Control Fiscal. La salud es el gran mercado que nadie toca y por el que se abre una pluma que genera grandes riquezas. Recordemos que en el último año y medio ha habido cinco transacciones de empresas aseguradoras de salud que han sido vendidas a fondos de capital, en un negocio estimado en $5,000 millones. ¿Cómo ocurre en un país bajo una Junta de Control Fiscal? Obvio. Porque son un negocio.
Las empresas ganan, los proveedores ganan, el gobierno gana, los políticos ganan quien les aporta a sus campañas y los medios ganan sus pautas y con eso, garantizan el silencio y la falta de fiscalización. Pero la crisis es real porque el que pierde es el paciente que tiene que esperar meses para que lo atiendan, o el tratamiento no les cubre. Después pierden los médicos a los que les pagan tan poco, que mejor se van de aquí. Y también pierden otros como laboratorios, centros radiológicos, hospitales, IPAS, 330 y por ahí todo el aparato de la salud. Así que esta movida que tienen algunos de buscar un monitor para ASES hace sentido.
Pero hay más. En la auditoría pasada que hizo el General Accounting Office a ASES se establecía que había que haber un plan de monitoreo y un comité de cumplimiento. Nada de eso existe hoy porque la directora ejecutiva de ASES, Edna Marín, presionó hasta que hizo que la licenciada a cargo, Marelys Figueroa, renunciara. Hay $75 millones asignados anualmente para cumplimiento en ASES. Si no viene un monitor federal, es obvio que Marín se los va a asignar a los abogados amigos de la casa comenzando por Phillip Mesa y otros que laboran en Salud. La pregunta es si su exesposo y actual “chief of staff” de Mellado en Salud será quien los administre. O quizás su hija, quien es ahijada y asesora de Mellado en Salud. Todo en familia.
Ahora mismo según varias de las fuentes consultadas, se gesta una movida para que el gobierno saque de la junta de directores de ASES a una serie de miembros que representan el sector privado. Pensemos: ¿A quién le conviene eso? ¿Quién no quiere que se divulguen las minutas que corroboran cómo se toman las decisiones en ASES sin que la Junta se entere? ¿Por qué el silencio casi sepulcral y cómplice de miembros de la junta que son funcionarios del gobierno como el secretario de Hacienda, el director ASSMCA, el de OGP, el comisionado de Seguros o hasta el AFAF Omar Marrero?
La semana pasada publicamos un informe de salud mental que Marín escondió desde mayo. Grupos como el Colegio de Médicos, los IPAS, los dentistas, ortopedas, urólogos y otros médicos publicaron una Carta Abierta en los periódicos pidiendo que se posponga al firma del contrato vital porque favorece a las aseguradoras. La Asociación de Laboratorios exigió la destitución de Marín y radicó un recurso legal porque entiende que este nuevo contrato les baja en un 57% las tarifas. Se reactivó la coalición “Salud en tus manos” de pacientes y proveedores que buscan cambios en el sistema de Salud, y trascendió que el Colegio de Dentistas evalúa no renovar contratos con las aseguradoras ante la falta de acción gubernamental, la competencia desleal y las tarifas bajas que imponen los planes médicos.
Nada de eso ocupó las primeras planas en los periódicos ni titulares en la televisión. Sobre salud, de lo que hablaron fue en unas entrevistas que hizo Mellado en las que evidencia su intención de entrar al ruedo político, y las pautas publicitarias. El jueves se informó que Mellado sería operado para el reemplazo de unos discos herniados, mientras que Marín está fuera por enfermedad. Lo cierto es que las ausencias simultáneas de los dos principales oficiales públicos coincidiendo en medio de la negociación final del Plan Vital con los proveedores, provoca muchas suspicacias.
Mientras se logró un silencio en el sector en esta última semana del año, el cabildeo intenso por un monitor federal para ASES acaba de comenzar.
Hay ahora mismo movidas para crear un frente común para que Nydia Velázquez y otros congresistas pidan ese monitor que esté permanentemente en ASES para velar que en estos cinco años se usen los fondos adecuadamente.