Me confieso. Con esto de Educación Especial no puedo pretender ser objetiva. Ya estoy harta y me dan ganas de convertir mi angustia y coraje de tantos años en violencia contra el idiota político o funcionario público que me tope de frente y me diga dos o tres sandeces de esas que vienen diciendo en las últimas semanas.
Y no sólo contra los políticos sino contra dos o tres comentaristas en los medios que parecen hacerse eco del gobierno diciendo que si ahora hay tantos niños con impedimentos – 160,000 ó una tercera parte en Educación - es porque están mal diagnosticados. ¡Qué poco salen a la calle y qué poco conocen cómo de verdad se bate el cobre!
Estoy harta de ver cómo usan a los niños de educación especial como pretexto para desviar la atención de la crisis económica o de la incompetencia de nuestros políticos, administración tras administración. Educación Especial es el botín para el gobierno que esté en el poder. Usan los fondos a su gusto y usan a los niños como símbolos para decir que “están haciendo algo” por ellos. O se llenan la boca diciendo que hay que ser sensibles pero a pocos de verdad les importan. Se las echan de sensibles cuando no lo son, sin pensar en sus repugnantes y mezquinos actos para esconder la desviación de fondos públicos a otras cosas.
No les importa un bledo porque no sienten, jamás han experimentado, lo que es el dolor, la frustración y la agonía de tener que lidiar con el monstruo que es Educación Especial. Basta ya. Déjense del show con Educación Especial. Póngase a trabajar, que para eso les pagan.
Este año la situación está peor que nunca. Miles de niños sin maestros, escuelas sin personal y el cierre de planteles de por sí han creado una situación caótica, pero para Educación Especial, es crítica. Miles de niños sin sus asistentes, maestros que no han sido nombrados, otros que los mueven de escuelas a espacios inapropiados, cero transportación para los que más lo necesitan son sólo algunos de los problemas que más han trascendido en estos días.
Gracias al trabajo fiscalizador de la prensa – como bien dijo Carmen Warren una de las portavoces del Comité Timón en el pleito de clase contra Educación – este asunto provocó tanta presión que hubo cambios. Por fin botaron a la secretaria auxiliar que nunca sirvió, Doris Zapata, botaron a otro funcionario de fondos federales, y el puesto del Secretario está bajo fuego. Hasta ahí. El resto es repugnante.
El gobernador Alejandro García Padilla dijo que trataran a los niños de educación especial como si fueran sus hijos. Al escucharlo decir eso por poco me vomito. ¿O sea, que sus hijos por ser sus hijos son mejores que el resto? Por favor. Más seriedad. Le pidió una supuesta auditoría al Secretario y éste dijo que todo se resolvió. Ajá. Ahora les pido que me hagan un cuento de vaqueros, a ver si me lo creo.
No hay seriedad. No hay respeto. ¿Por qué no hablan de las causas por las que ahora hay “tantos” niños impedidos? ¿A que no se atreven a discutir esto con seriedad? Daría lo que fuera por ver a uno de estos políticos vivir en carne propia lo que representa luchar contra Educación para que atiendan a un hijo.
Con contadísimas excepciones, se nota la falta de compromiso de los políticos en este tema. La senadora pipiola María de Lourdes Santiago, porque es madre y vive el reto en carne propia, y la estadista María Milagros Charbonnier porque por años trabajó como jueza en los casos de educación especial son las únicas dos que puedo mencionar que entienden lo que se sufre con el departamento.
No comprenden el desprecio de los empleados del departamento que tratan a los niños peor que a los animales. Cuando los padres y madres exigen, entonces se topan con funcionarios ineptos, insensibles, que le hacen la vida imposible sólo porque exigen el derecho de sus hijos a recibir educación y servicios. Es increíble porque los fondos están, pero falta voluntad.
Por los años que llevo en esto hablo con conocimiento. Sé lo que pasa en Educación porque he luchado y lucho con el sistema año tras año, desde hace casi ocho años, bajo distintos gobiernos que son todos iguales. Sé que hay empleados comprometidos pero que viven a expensas de la politiquería y la mediocridad que los rodea y que les impide trabajar. Por eso me atrevo a hacer sugerencias básicas para enmendar este problema:
1. Separen a Educación Especial. Debe ser una entidad independiente de Educación para que el departamento no use esos fondos, y que a la vez, pueda ser fiscalizada.
2. Den explicaciones del dinero. Que lo publiquen en detalle. Educación especial tiene un presupuesto para este año de $255 millones, de los cuales $115 millones son fondos federales. Expliquen bien en qué se usa el dinero. ¿Cuánto va a servicios y qué cantidad usan en otras áreas del departamento? Sean honestos. No lo hacen porque se descubriría el mal uso de fondos de educación especial.
3. Cumplan. El gobierno incumple en casi un 90% con la ley federal de personas con impedimentos. Eviten el pago de multas diarias como estipula el pleito de clase o eviten ser objeto de sindicaturas.
4. Escuchen a los padres. Los padres y madres pueden ser los mejores aliados si se dan las condiciones para el cumplimento de servicios.
5. Escuchen a los gremios y a maestros. La burocracia política casi siempre descarta las aportaciones de los que están trabajando con estos niños.
6. Paguen a tiempo a proveedores.Terapistas, transportistas y otros que ofrecen servicios a los niños necesitan ser pagados a tiempo.
7. Separen las regiones. La centralización es parte crucial del problema. Quiten ese poder de OGP y de nivel central en Educación y pásenlo a las regiones.
8. Eliminen la politiquería. Zapata y la reacción de su marido, el alcalde de San Germán Isidro Negrón son la mejor evidencia de cómo se regalan los puestos en el DE por ser políticos.
9. Consideren crear una APP – Educación Especial, bien administrada, podría ser la mejor alianza público-privada del país tratando a la población más vulnerable que son los niños con impedimentos.
10. Descarten el Plan Decenal – Este no incluyó a Educación Especial sino hasta que se objetó en la Legislatura que los empresarios que lo impulsan habían obviado al 30% de la población del Departamento. No pueden cambiar de buitres políticos a buitres económicos. Se trata de vidas humanas.
Dejen de usar la educación especial como un espectáculo o como un show de que están haciendo algo. !Pónganse a trabajar!
Nota: Esta columna fue publicada en El Vocero el 9-2-14