¿Qué hace Rafael Hernández Colón pululando tanto en la esfera pública últimamente? ¿Qué fuerza ulterior lo motiva a salir de Ponce, a dejar a su esposa y la tranquilidad del retiro para estar como el arroz blanco en emisoras de radio, en columnas de opinión y en distintos sitios? ¿Cuál es la necesidad de que una figura que debería ser un hombre de estado, luzca casi como un candidato político, metido en todas partes?
Le hacía esas preguntas a un reconocido abogado de la capital en estos días y él, con mucha alegría, me dijo que me había dado cuenta de lo que de verdad se está cocinando tras bastidores en el PPD: el “power play”, la lucha de poder y el cambio de mando entre los oligarcas que controlaban el poder político y las nuevas generaciones que ahora gobiernan.
Más que defender al Gobernador Alejandro García Padilla – a quien sí ha defendido – Hernández Colón y su amplia exposición pública de las últimas semanas demuestra que está plantando bandera para ser el que negocie con los Estados Unidos cuando llegue el momento de definir el estatus. Y de paso, usa esa estrategia también para parar a los soberanistas y que se estén quietos.
El ex gobernador RHC viene a defender la retranca, a contener el movimiento de apertura de los soberanistas y está en todas partes porque representa a los oligarcas del Partido Popular. Su rol es servir de muro de contención para evitar que aquellos que ya son la mayoría en esa colectividad asuman el control. Así de simple.
RHC tiene que aquietar a los soberanistas porque está en juego el dominio político que por años tuvo la oligarquía popular. Por eso es que tras él han aparecido otros de la oligarquía como Fernando Agrait, Tito Colorado o los Hernández Mayoral. Y también por eso es que no sorprende que apareciera el también ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá por Guayama como a hacerle frente a RHC y decirle que ahora hay otras generaciones.
Aquellos que eran los nenes o los jóvenes que una vez tildaron de “plumitas liberales” porque creían en la república asociada son los que hoy gobiernan el país. Son la mayoría en el PPD aunque no se den cuenta y no hayan tomado conciencia del poder que tienen. Son jueces, jefes de agencias, alcaldes, ayudantes cercanos del Gobernador, legisladores o hacedores de opinión pública. Los Vega Ramos de la vida. Los Carlos Vizcarrondo, los Natal, los Charlie Hernández, los Carmen Yulín y Martín Vargas, los Néstor Duprey. Si esos soberanistas asumen su rol y exigen su espacio, la oligarquía popular peligra.
Pero mirándolos bien, desde afuera y con mucha distancia porque colonia es colonia aunque pretendan definirla con cualquier nombre, la esencia de todos los populares es igual. No hay grandes diferencias entre lo que es el ELA Soberano, el ELA Desarrollado o la Libre Asociación. Cualquier persona con un grado de objetividad que no sea popular y que analice el montón de definiciones del 1991, del 2008 y del 2014 llega a la conclusión de que todas dicen lo mismo. Todos quieren un ELA no territorial, soberano y sin “subordinación” a los poderes plenarios del Congreso de los Estados Unidos. Todos admiten que el ELA necesita cambios, que se vive un “déficit de democracia”, pero no se atreven a decir abiertamente que es una colonia porque eso los acercaría indudablemente a los independentistas o a los estadistas.
Cuando se creó el invento del ELA fue producto de una negociación política entre los populares de entonces, los estadistas encabezados por Luis A. Ferré y el gobierno de los Estados Unidos. Los independentistas ni firmaron la Constitución porque se oponían a esa negociación. Pero ahora vivimos momentos distintos. No creo que los Estados Unidos con la situación económica mundial esté en las de darle más dinero a nadie sin obtener un beneficio a cambio.
La única manera en que se va a desarrollar a Puerto Rico es mediante una negociación y la oligarquía política no va a permitir que nadie se meta y les usurpe el liderato en ese proceso. Para eso es que está RHC, para servir de muro de contención, controlar a los soberanistas, y ser el que negocie con el amo, o sea, con los Estados Unidos, cuando llegue el momento. Habrá que ver si lo logra o finalmente quién o quiénes serán los que participen en esa negociación en representación de los puertorriqueños.
NOTA: Esta columna fue publicada en El Vocero el 7/29/14 - http://elvocero.com/hernandez-colon-muro-de-contencion/